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El cambio climático disparará un 6% el consumo eléctrico en España por el aire acondicionado

La temperatura subirá seis grados en verano en 2100 si las emisiones siguen desbocadas.


El calentamiento global se retroalimenta. El escenario más pesimista de Naciones Unidas pronostica para el año 2100 un aumento de la temperatura de hasta seis grados en verano en la región mediterránea. En invierno, el incremento alcanzaría los 3,8 grados, si los gobiernos del mundo siguen sin ponerse de acuerdo para recortar las emisiones de CO2 y estas siguen desbocadas.
“Con el cambio climático en curso, las temperaturas medias subirán y la gente intentará enfriar sus espacios para mantener su productividad y su bienestar”, advierte la física alemana Leonie Wenz. “El aumento de la demanda de aire acondicionado forzará las redes eléctricas cuando haga calor y las infraestructuras de generación y transmisión ya estén bajo presión”, alerta.
El equipo de Wenz, de la Universidad de Potsdam (Alemania), ha puesto cifras a ese futuro hipotético en 35 países europeos. España es uno de los peor parados. “España es uno de los países con los mayores incrementos tanto en los picos diarios de mayor consumo como en el consumo global de electricidad, con un aumento de entre el 5% y el 6% hacia el final del siglo”, resume Wenz. Su estudio, publicado hoy en la revista científica PNAS, no tiene en cuenta otros factores, como el aumento de la población o el desarrollo industrial. “Imponemos el clima futuro a las economías actuales”, ilustra la física alemana.
En la actualidad, se necesita el equivalente a cuatro centrales nucleares de 1.000 megavatios para atender las 300 horas punta anuales, según los cálculos de Red Eléctrica de España. Durante esos momentos de mayor consumo —que en verano se producen en las calurosas horas centrales del día— es más costoso generar electricidad, porque se requiere activar las centrales de producción más caras, que además son las que más CO2 emiten. Es la pescadilla que se muerde la cola.
“El dato destacado en este estudio es que la demanda asociada a calefacción se reducirá, mientras que la demanda asociada a refrigeración se dispara. Esto impacta en la demanda y en las características técnicas de las infraestructuras de generación y transporte”, reflexiona Teresa Ribera, exsecretaria de Estado para el cambio climático y directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales, con sede en París.
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