De acuerdo a la opinión de especialistas, el compromiso climático de Perú no presentó el nivel de ambición esperado. Climate Action Tracker lo calificó de “promedio” debido a la falta de transparencia en los datos entregados y en las estimaciones realizadas de reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) proveniente de deforestación y de energías fósiles, principales fuentes de GEI en el ámbito peruano.
Por Astrid Aguilar – Bloggera invitada
Editado por Philip Reiser – Generación +1
El Estado peruano estableció como parte del proceso de definición de sus Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (o INDC, según sus siglas en inglés) una consulta pública de la propuesta durante el mes de junio y julio. Con dos semanas de retraso, su presentación a la Secretaría de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) fue realizada hace pocos días y ofrece reducir las emisiones de GEI en 20% frente a una proyección llamada Business As Usual (si todo sigue igual), con un 10% adicional de reducción condicionada a financiamiento de los países con mayores emisiones para lograr este propósito.
De acuerdo a la opinión de especialistas, el borrador que se presentó para la consulta pública no presentó el nivel de reducciones de emisiones esperado. Climate Action Tracker lo calificó de “promedio” debido a la falta de transparencia en los datos entregados y en las estimaciones realizadas de reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) proveniente de deforestación y de energías fósiles (principales fuentes de GEI en el ámbito peruano).
También subrayó la incoherencia entre los compromisos hechos por el Estado Peruano en el tratado de Copenhague en donde se buscaba eliminar la totalidad de las emisiones GEI provenientes de deforestación para el 2021, a diferencia de la INDC en donde estas emisiones persisten. De otro lado, los esfuerzos por reducir las emisiones de GEI provenientes de energía fósil (petróleo, carbón y gas) son considerados insuficientes y se concluye que las INDC peruanas carecen de ambición en su contribución de limitar el aumento de la temperatura global de 2ºC.
Lamentablemente este escenario es similar a otros países, de las INDC entregadas 10 propuestas obtienen el mismo resultado e inclusive 10 otras son calificadas de inadecuadas.
Se debe enfatizar que de no lograr el objetivo en las negociaciones de diciembre, casos como el de los refugiados sirios, en donde una prolongada sequía propició un contexto de guerra civil, podrían convertirse en moneda corriente.
En esta línea, no debemos olvidar que el Perú es el tercer país más vulnerable a los impactos del cambio climático, y por lo tanto las decisiones a nivel internacional son cruciales para el país. Las negociaciones que tuvieron lugar la primera semana de septiembre en Bonn muestran que aun hay mucho por hacer y su ritmo no parece estar a la par con la urgencia de la tarea global.
Pese al panorama actual, con compromisos climáticos insuficientes e incertidumbre ante los impactos que tendrá el cambio climático sobre el país, se requiere tener una posición dinámica desde el gobierno y la sociedad cívil: la falta de ambición en nuestro actual compromiso debe ser equilibrada con la implementación efectiva de las medidas propuestas y la mejora de éstas en el tiempo.
El incremento en la ambición, que esperamos se negociará en el texto final del acuerdo internacional, le permitiría al país optimizar sus obligaciones climáticas de acuerdo a las necesidades del contexto global. Además, para el proceso es clave imponer una meta a largo plazo, así creando un marco para que los países aumenten continuamente su ambición, una meta fija hacia donde apuntar.
De darse el caso, los países necesitarían igualmente fijar metas a corto plazo, las cuales podrían ser revisadas cada 5 años para analizar el progreso hecho y las nuevas medidas a tomar. Estos ciclos serían fundamentales ya que permitirían una reducción de emisiones de GEI acorde al contexto y asimismo optimizar la distribución de los fondos para la lucha contra el cambio climático.
El Perú tendrá que aportar una gran voluntad política–reflejada también en un mayor compromiso de la sociedad civil– en los próximos gobiernos para mantener y fortalecer la agenda climática. La INDC propuesta no logra este propósito final, y por ende, el Perú tendrá que jugársela en el “repechaje”. Si bien es cierto los resultados globales estarán condicionados a un compromiso firme por parte de todos los involucrados a nivel internacional, las instancias y procesos nacionales deben responder con firmeza, de acuerdo al nivel de riesgo que implica para el país.
Foto: Flickr de David Almeida
Astrid es peruana, cuenta con un Máster en Ciencias (Ecología, Biodiversidad, Evolución) de la Universidad Pierre et Marie Curie de París, Francia. Actualmente forma parte del Climate Tracker 2015 Program de Adopt a Negotiator.