Los pequeños países insulares tienen sus propias vulnerabilidades y características peculiares, por lo que las dificultades a que se enfrentan en la búsqueda del desarrollo sostenible son particularmente graves y complejas. El cambio climático es uno de los desafíos más importantes a sortear por estos estados.
Los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés) son pequeños países insulares que tienen sus propias vulnerabilidades y características peculiares, por lo que las dificultades a que se enfrentan en la búsqueda del desarrollo sostenible son particularmente graves y complejas. En la actualidad, existen 32 Pequeños Estados Insulares en Desarrollo en tres regiones geográficas: el Caribe, el Pacífico y África, Mediterráneo, Mar de China y Océano índico (AIMS).
Los SIDS (que mencionaré así de ahora en adelante), fueron oficialmente reconocidos por la comunidad internacional en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD), donde fueron resaltados los desafíos particulares que enfrentan hacia el desarrollo sostenible. Desde entonces se han realizado tres conferencias sobre los SIDS y desarrollo sostenible: la primera conferencia fue realizada en la región del Caribe, Barbados, 1994 con el documento final llamado “Programa de Acción de Barbados (Barbados Programme of Action, BPOA, en inglés), un segundo encuentro fue realizado en Mauricio 2005, en la región de África, Mediterráneo, Mar de China y Océano índico (AIMS, en inglés), con el documento final llamado “Estrategia de Implementación de Mauricio (Maurtius Strategy of Implementation, MSI, por sus siglas en inglés).” Y por último, la conferencia en Samoa, celebrada en la región del Pacífico, la cual constituye el tercer esfuerzo de Naciones Unidas y las regiones SIDS para dar pasos concretos hacia el desarrollo sostenible.
Como en todas las naciones del mundo, los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo han realizado esfuerzos considerables hacia el alcance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), con notables avances en algunas áreas como son: educación y equidad de género, pero aun así, estas naciones costeras siguen atravesando desafíos particulares hacia desarrollo sostenible; sus poblaciones por lo general son limitadas, vulnerables al cambio climático y son muy susceptibles a los desastres naturales. Otra gran dificultad que confrontan los SIDS es la incapacidad de crear economías independientes y los altos costos de transporte y comunicación. En la actualidad, los SIDS representan un conjunto de países considerados como prioritarios en la configuración de la nueva Agenda de Desarrollo Post-2015 donde se aprobarán los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Muchos son los factores que contribuyen a que los desafíos que afrontan dichos países disminuyan los grandes esfuerzos que se vienen realizando en las últimas décadas para alcanzar su crecimiento, tanto social como económico. Por ejemplo, como es común en todos los SIDS, existen desafíos en áreas como transporte, salud, alimentación, gobernanza, inseguridad social, energía, agricultura, comunicaciones y por supuesto cambio climático. Estos retos son parte del devenir histórico de dichos países.
En la actualidad, el cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad, y sus efectos golpean fuertemente a los SIDS. Es un problema complejo que las generaciones actuales se enfrentan y amenaza con deshacer los esfuerzos de décadas enteras de desarrollo. Por ejemplo, en la región del Caribe, el cambio climático se conjuga una serie de riesgos, desafíos y amenazas. El aumento del nivel del mar y su superficie, la transformación de los ecosistemas costeros, la erosión de las playas, la destrucción de los corales, el aumento de las sequías, el cambio en el régimen de lluvias y el clima, la incidencia de enfermedades tropicales y el aumento de los huracanes y las tormentas tropicales son algunos de los ejemplos que muestran el adverso efectos del cambio climático en los SIDS. La magnitud de la amenaza que supone estos efectos requiere un esfuerzo conjunto de todos los Estados, órganos de las Naciones Unidas y la comunidad internacional, para responder al reto de una manera coordinada y para lograr resultados concretos.
Por estas razones, es sumamente importante la cooperación en todos los niveles de implementación: local, nacional, regional e internacional, para poder hacer frente a los problemas estructurales mencionados anteriormente. No hay dudas de que habrá que hacer un esfuerzo considerable para cumplir plenamente con los compromisos encaminados hacia la estabilidad de las islas, por esta razón el eslogan de la Conferencia de Samoa “ alianzas genuinas y duraderas” constituyen una plataforma idónea para la creación y fortalecimiento de capacidades que permitirán alcanzar logros importantes, manteniendo el compromiso de los Estados para asegurar el bienestar de ambos países tanto para las presentes como las futuras generaciones.
El “Camino hacia S.A.M.O.A.”, documento final de la Conferencia de Samoa, es definitivamente una oportunidad única para la reestructuración de los modelos de desarrollo y la reafirmación de las alianzas entre todos los sectores que permitan definir el impulso necesario para la adopción de medidas tangibles encaminadas a solucionar los problemas estructurales específicos y reducir los efectos de las crisis económicas, alimentarias, energéticas, y climáticas las cuales han golpeado fuertemente a este grupo de islas.