Centenares de nidos y huevos de tortugas marinas son diezmados cada año en las playas de la Isla Margarita por efectos del cambio climático y la propagación de una planta invasora, Scaevola sericea, la cual ha colonizado las principales áreas de desoves de las tortugas en playas El Agua y Parguito. Por Brigitte Hernández Escalona… Ver artículo
Centenares de nidos y huevos de tortugas marinas son diezmados cada año en las playas de la Isla Margarita por efectos del cambio climático y la propagación de una planta invasora, Scaevola sericea, la cual ha colonizado las principales áreas de desoves de las tortugas en playas El Agua y Parguito.
Por Brigitte Hernández Escalona
Como es sabido, de las siete especies de tortugas marinas que existen en el planeta, cinco habitan en Venezuela y, de ellas, cuatro desovan en las costas insulares, entre ellas la tortuga cardón o laúd (Dermochelys Coriácea), tortuga boba (Caretta Caretta), tortuga verde (Chelonia Mydas) y la tortuga carey (Eretmochelys imbricata), respectivamente.
Todas estas especies deben enfrentar muchos riesgos y desafíos para lograr reproducirse. En efecto, según los estudios científicos, tan solo 1 de cada 1000 tortuguitas suele llegar a su etapa reproductiva, lo que ocurre, en promedio, a sus 25 años de vida.
Por este motivo, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) las considera como especies en peligro, clasificando a la tortuga carey como “en peligro crítico de extinción”; a la tortuga verde como “en peligro de extinción”; mientras que las tortugas boba y laúd se encuentran en “estado vulnerable”.
Si a esta situación, le sumamos los efectos adversos del cambio climático y la presencia de Scaevola sericea o taccada; el panorama reproductivo para estas 4 especies de desovan en las principales playas de la Isla Margarita, se complica mucho más.
Enemigos al acecho
Como sucede en gran parte de las Islas del Caribe, el cambio climático impacta negativamente a los ecosistemas marino-costeros y amenaza a las especies de flora y fauna propias de estos ecosistemas. La Isla Margarita no escapa a esta realidad.
El aumento en el nivel del mar, la pérdida progresiva de playa, el incremento en la temperatura, la gran cantidad de plásticos presentes en el océano, así como la alteración de la dinámica costera, son algunos de los factores que están afectando a las playas insulares venezolanas y que también irrumpen en el proceso reproductivo de las tortugas.
A esto, además, se añade un enemigo invisible que pocos vieron venir, la Scaevola sericea o taccada, conocida popularmente como mokal de la India. Se trata de una planta exótica del Pacífico que, por acción humana y del desarrollo hotelero en la región, fue plantada con fines ornamentales desde el 2013 y terminó colonizando gran parte de las playas de la zona norte insular, causando estragos en toda la dinámica costera.
Esta planta exótica se ha convertido en una amenaza inesperada en la región y las especies más perjudicadas han sido las de tortugas marinas. Según un estudio realizado en 2023 por Angélica Burgos, voluntaria del Grupo de Conservación de Tortugas Marinas del Estado Nueva Esparta y estudiante de biología marina de la Universidad de Oriente, esta tesis ya ha sido comprobada.
En su estudio sobre los factores que afectan el desarrollo de los huevos de las tortugas cardón en playa Parguito en Isla Margarita, financiado por SEE Turtle, se evidenció lo que ya se temía.
La Scaevola sericea o mokal de la India se ha propagado por la playa y está afectando mortalmente los nidos y huevos de las tortugas, dando lugar a que todas las nidadas próximas a la planta tengan una eclosión de tortugas igual a 0%; es decir, “cero nacimientos de tortuguitas”.
“Observamos en la recámara de los nidos la presencia de las raíces de la planta, las cuales impiden que las tortugas que han eclosionado puedan emerger a la superficie. Pero, además, al hacer la contabilización de los huevos fértiles e infértiles en todas sus fases embrionarias, constatamos que los porcentajes de emergencia o eclosión eran cero; es decir, ninguna tortuga pudo nacer. Lo preocupante es que la planta está presente por casi toda la playa y esta es una de las principales áreas de desove de las tortugas”, explica Burgos.
El biólogo Clemente Balladares, coordinador de programas de conservación de la Dirección General de Diversidad Biológica del Ministerio de Ecosocialimo (MINEC) y asesor del trabajo de investigación en Parguito, lo confirma y alerta sobre la gravedad de la situación de la planta exótica que ha invadido gran parte de las costas insulares.
“Desde los estudios preliminares comprobamos que las raíces del mokal de la India invaden totalmente los nidos de las tortugas, penetrando sus huevos y haciéndolos totalmente infértiles, lo cual no sucede con las plantas autóctonas. Es una situación grave y esperamos que esta experiencia y estudio sirvan para que otras zonas costeras eviten la propagación de esta especie y se tomen las medidas necesarias”, explicó Balladares.
Por su parte, el médico veterinario especializado en la investigación y conservación de las tortugas marinas, Gilberto Borges, advirtió sobre otro factor negativo del mokal de la India y es que la planta favorece el crecimiento de hongos y bacterias, una acción fúngica que pudre los huevos una vez que son penetrados por la planta. “En general, esta es una situación grave para las tortugas en las playas margariteñas, pero también para otras zonas del país. Hemos evidenciado que el mokal de la India se ha desplazado hacia otras zonas como el archipiélago Los Roques, donde también hay desoves de tortugas. Entonces hay que actuar ya”.
Poblaciones diezmadas
Las estadísticas no oficiales advierten que, cada año, centenares de nidos y miles de huevos de tortuguitas se pierden entre las principales playas de Margarita durante cada temporada de desove, la cual transcurre entre los meses de marzo a septiembre de cada año.
Solo en 2022, se estimó la pérdida de unos 60 nidos y más de 3000 huevos en los principales centros de desove y anidación de tortugas marinas en la Isla. Para el 2023, se observa que el porcentaje de eclosión y emergencia de tortuguitas vivas viene disminuyendo, y es de apenas 15-20% en promedio, lo cual viene ocurriendo en la mayoría de las playas de la zona norte de la Isla.
Otros reportes publicados sobre El Agua indican que se reciben de 80 a 90 tortugas para desovar cada año, pero que el número total de tortugas nacidas ha ido decreciendo progresivamente: de 3000 tortuguitas registradas en 2018, bajó a 2500 en 2019 y a 1200 en 2020; es decir, un decrecimiento promedio del 60%.
Además de los miles de huevos podridos o rotos, también se han ido registrando tortuguitas malformadas por acción de las raíces durante las últimas temporadas de desove en las playas Parguito y El Agua, por mencionar las más insignes. No obstante, se presume que esté ocurriendo lo mismo en otras playas de la Isla.
Se trata de un fenómeno que se repite sin cesar en los centenares de nidos que se forman durante el desove de las tortugas cardón (Dermochelys Coriácea), tortuga boba (Caretta Caretta), tortuga verde (Chelonia Mydas) y la tortuga carey (Eretmochelys imbricata)que son las especies que anidan en las playas margariteñas. Allí, progresivamente, están siendo diezmadas y sus posibilidades de reproducción reducidas a la mínima expresión.
La licenciada en biología e integrante de la Fundación Amigos EcoTortugas de Playa El Agua, Nadia Aguilera, señala que cada vez son menos los casos de nidos que logran eclosionar todos los huevos.
“La Scaevola no solo es letal para el desarrollo embrionario de los huevos de tortuga, sino que además afecta la dinámica sedimentaria de playa El Agua, al no permitir el libre movimiento de la arena, minimizando la formación de la berma (zona más elevada de la playa que suele tener una buena alimentación de arena) y las dunas en dicha playa, colonizando la arena de este litoral”, señala.
Según Aguilera, esto trae como consecuencia que haya una disminución de los espacios arenosos disponibles para el adecuado desove de las tortugas marinas, contribuyendo, así, a la pérdida efectiva de sus desoves y reduciendo aún más las posibilidades de reproducción de la especie.
“Una sola planta puede cubrir un área de 222,2 metros y se propaga con mucha facilidad. De hecho, en algunos casos, las tortugas ni siquiera pueden salir a la playa y desovan en el agua, perdiéndose todos los huevos”, señala.
Los voluntarios en El Agua realizan exhumaciones parciales en tantos nidos como pueden, donde logran constatar, en unos, el estado de putrefacción de los huevos por acción de las raíces del mokal de la India; y, en otros, la presencia de tortuguitas deformes que no pudieron emerger entre las raíces.
“Sin duda, esta situación es muy impactante para una especie en peligro como las tortugas marinas, que debe añadir una amenaza más a la lista de desafíos que, de por sí, presenta su ciclo reproductivo. La disminución de la especie es cada vez más tangible y debemos actuar en conjunto”, añade Gilberto Borges.
Guardianes anónimos
Ante esta amenaza, surgen los héroes anónimos. Si bien estos no tienen capa, poseen sombreros y recorren a diario las playas insulares para proteger a las tortugas marinas. Son los llamados guardianes anónimos, porque, pese a todas las vicisitudes que hoy enfrenta el venezolano, ellos llegan a las playas para aportar su grano de arena frente a esta situación.
Se han conformado en grupos de protección para las tortugas, llamados Proyecto Biomar para Parguito y Fundación Amigos EcoTortugas para Playa El Agua. Ambos grupos son integrados por miembros voluntarios, quienes realizan labores de vigilancia, monitoreo, resguardo y acompañamientos de los desoves en ambas playas.
El proyecto Biomar está formado por una decena de jóvenes, en su mayoría estudiantes de biología marina, quienes, desde el 2017 han dedicado su tiempo y conocimientos para organizar labores de vigilancia en playa durante los desoves de las tortugas. Se organizan, principalmente, para brindar vigilancia y monitoreo en horas nocturnas, cuando más salen a desovar las tortugas y estas presentan mayor riesgo.
En el caso de la Fundación Amigos EcoTortugas de Playa El Agua, actualmente cuenta con cuatro miembros activos, ya que su plantel se ha visto reducido con la migración de voluntarios. Sin embargo, estos cuatro voluntarios mantienen una lucha titánica para recorrer toda la playa y monitorear decenas de nidos a diario, ayudando principalmente en las áreas donde los bancos de arenas no facilitan el acceso de la tortuga a la playa.
Ambas organizaciones carecen de financiamiento formal o un presupuesto asignado; sin embargo, reciben algunos aportes de los prestadores de playa y negocios hoteleros, quienes ofrecen apoyo logístico a los voluntarios en playa Parguito y El Agua.
Al mismo tiempo, estas organizaciones coadyuvan con el Programa de Conservación de Tortugas Marinas, que lidera el Ministerio de Ecosocialismo (Minec), por lo que establecen sinergias con las autoridades para proteger a las tortugas marinas, sus huevos y nidos en estos balnearios y programan acciones conjuntas.
“Países como Cuba, Colombia, Trinidad y Tobago ya han diseñado algunos protocolos de extracción de esta planta, en los cuales nos hemos apoyado para promover jornadas de limpiezas en nuestras playas. Pero esta especie coloniza rápidamente las zonas si no hay seguimiento, hay que actuar en conjunto. La invitación es para todos los movimientos ecológicos de la isla, prestadores de servicios, autoridades y la comunidad en general para que se sumen a este esfuerzo que hoy hacemos por la preservación de las tortugas”, explica Nadia Aguilera de la Fundación Amigos EcoTortugas Playa El Agua.
Pese al esfuerzo titánico y desinteresado de estos grupos de voluntariado, líderes como William Ballache, voluntario en playa El Agua, conocido como el amigo de las tortugas y quien lleva más de 10 años en labores de conservación y protección de los nidos de tortugas, reconoce que necesitan “toda la ayuda posible, porque son muchos los factores que afectan el ciclo reproductivo de la especie. Desde la presencia del mokal de la India y el desarrollo turístico de la zona, cuyas luces hacen que las tortugas se desorienten y vayan en dirección opuesta al mar. Por eso estamos permanentemente en playa”.
Es por ello que parte de las acciones de estos grupos es la de llamar la atención de las autoridades de Isla Margarita para que no se siga sembrando este tipo de planta y, por el contrario, se contribuya con la erradicación total de la Scaevola sericea.
“Debemos actuar ya y en conjunto, porque, de lo contrario, esto puede terminar considerándose un desastre ecológico para las otras especies vegetales y animales que son afectados por ella”, advierte Gilberto Borges, veterinario y voluntario.
Plan de erradicación
Aun cuando la política comunicacional centralizada no les permite ofrecer declaraciones, se conoce que, desde la Unidad Territorial del Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo, sección Nueva Esparta, se vienen instrumentando medidas para la protección de las tortugas en la Isla Margarita, mediante su programa de conservación.
La acción estatal ha incluido la realización de talleres de formación de voluntarios y prestadores de servicios en playa, a fin de que coadyuven en el proceso de vigilancia y protección de las tortugas. Pero, además, junto a la Fundación Amigos EcoTortugas Playa El Agua, vienen adelantando acciones para la estructuración del plan de erradicación de la Scaevola sericea o taccada.
En este sentido, el Minec ha solicitado formalmente participación y apoyo de la oficina regional del Ministerio de Turismo, para promover el plan de erradicación de la planta de la zona marina costera de playa El Agua, municipio Antolín del Campo, y la correspondiente participación de los prestadores de servicios en la zona.
Sobre ello, el presidente de la Cámara Hotelera del Estado Nueva Esparta, Alberto Anneccino, ofreció respaldo para la erradicación de la planta y garantizar, de esta manera, la protección de la fauna marina y, principalmente, de las tortugas que desovan en las costas insulares.
“En la Cámara Hotelera estamos en la disposición de apoyar las iniciativas estatales y de los grupos voluntarios para ofrecer un ecosistema y hábitat seguro para el desove y anidación de los huevos de las tortugas. Esto, no solo por resguardar la biodiversidad misma, sino porque el mismo desove de tortugas es un fenómeno natural que atrae mucho al turista, por lo que puede ser el momento perfecto para educarlo sobre su conservación”, indicó.
Finalmente, el coordinador de programas de conservación de la Dirección General de Diversidad Biológica del Ministerio de Ecosocialimo (MINEC), Clemente Balladares, ratificó que los hallazgos de la investigación son concluyentes, por lo que consideró que este es el momento perfecto para organizar los planes de erradicación de la Scaevola sericea.
Este artículo fue elaborado con apoyo de LatinClima, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Centro Científico Tropical (CCT) por medio de la iniciativa Historias que cuentan cambios.
Un grupo de voluntarios y amigos de las tortugas se ha propuesto la tarea de protegerlas de una mortal e insospechada amenaza que se cierne sobre los huevos y las tortugas recién nacidas en las principales playas margariteñas.