El polaco Jaroslaw Nowakowski, saca de una red suspendida de un árbol un ejemplar del ave más pequeña de Europa y se la lleva al laboratorio para constatar cómo el cambio climático ha cambiado esta especie.
Este reyezuelo, que sólo pesa 4,5 gramos, quedó atrapado en la red mientras sobrevolaba con miles de aves migratorias un bosque de pinos de la península polaca del Vístula en el Báltico.
Nowakowski, un ornitólogo de la Universidad de Gdansk, lo desplaza en una pequeña bolsa de algodón hasta un laboratorio instalado en una tienda de campaña.
«Podríamos preguntarnos por qué estudiamos desde hace 55 años los mismos pájaros. Pero es que incluso en tan poco tiempo, estos ya han evolucionado: la forma de sus alas ha cambiado, puesto que se han adaptado a las nuevas condiciones que les hemos impuesto con el cambio climático, la urbanización y la deforestación», afirma.
«La evolución sucede delante de nuestros ojos. No es una historia de dinosaurios».