La mejora en la conservación y restauración de los manglares ofrece una solución de alto impacto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, debido a la capacidad que tienen los manglares para capturar y almacenar el carbono.
Actualmente, República Dominicana está buscando apoyo para la preparación de una nueva Acción Nacional Apropiada de Mitigación (ANAM) que aproveche los múltiples beneficios que ofrece el cultivo de manglares.
Los manglares son árboles y arbustos que se han adaptado a las condiciones salinas de las zonas de marea y pueden encontrarse a lo largo de las costas de la mayoría de los grandes océanos. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ‘Los manglares del mundo 1980-2005’, existen manglares en más de 120 países, incluyendo la República Dominicana.
A menudo los manglares han sido percibidos como terrenos baldíos. Sin embargo, cada vez más, su valor está siendo reexaminado debido a que además de su alta tasa de captura y almacenamiento de carbono, ofrecen otros importantes beneficios,.
Los manglares también son una fuente de productos madereros y no madereros (como paja y medicinas), que ayudan a conservar la diversidad biológica al proporcionar hábitats, protegen los asentamientos costeros de peligros tales como las marejadas ciclónicas y (a diferencia de los ecosistemas forestales que se encuentran tierra adentro) la solución salina en el suelo impide la liberación de otros gases de efecto invernadero, como el metano.
Así pues, la deforestación de los ecosistemas de manglares es doblemente destructiva para el medio ambiente pues libera el carbono que se encuentra encerrado en los manglares y en los suelos y, por otro lado, elimina un mecanismo de captura de carbono eficiente. Teniendo esto en cuenta, algunos países están incluyendo la conservación de los manglares en sus estrategias de mitigación del cambio climático.
Según datos de la FAO, la cobertura de manglar en la República Dominicana se redujo de 34.400 hectáreas en 1980 a 21.215 hectáreas en 1998. Esta disminución fue el resultado de una combinación de factores motivados por la agricultura, el desarrollo inmobiliario y el turismo.
Esta ANAM de carbono azul, (llamado así para diferenciarlo del carbono verde que se almacena en los bosques no costeros) busca conservar y restaurar los manglares, maximizando su potencial para capturar y almacenar carbono, y reducirlo así la liberación de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Esta ANAM traza una serie de objetivos que le permitirán cumplir estas metas.
En primer lugar, buscará dar mejor a conocer el potencial de la ANAM, aumentando los compromisos para la misma, a la vez que el apalancamiento y mejorando cuando sea posible la política ambiental a nivel nacional. En segundo lugar, cuantificará con precisión la capacidad actual y potencial de captura y almacenamiento de carbono del país y también analizará los potenciales ingresos de créditos de carbono para la República Dominicana. En tercer lugar, involucrará al sector privado y a las comunidades en todo el país para apoyar activamente los esfuerzos de conservación y restauración.
Apoyo requerido para esta ANAM de la República Dominicana para el carbono azul
Esta ANAM está registrada en el Registro de la CMNUCC para atraer apoyo potencial, así como para compartir ideas y técnicas con otros países.
Actualmente, la República Dominicana está buscando apoyo para la preparación de la ANAM. Se necesita apoyo financiero, tecnológico y de fomento de capacidades.
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El Apoyo Financiero para la Preparación se centrará en el Diseño de la ANAM. Para esta fase, se necesitarán una o más subvenciones. La siguiente fase, la Implementación, comenzará a analizar la aplicación del modelo de créditos de carbono, a través del cual la ANAM obtendrá ingresos eventualmente en los mercados internacionales de carbono.
Este artículo fue originalmente publicado en la UNFCCC