El déficit de precipitaciones entre las regiones de Coquimbo y La Araucanía alcanza un 30% hace más de cinco años, según un estudio de (CR)2.
En 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 22 de marzo como el Día Mundial del Agua. Este año, la fecha se conmemora en medio de la sequía de mayor extensión territorial y temporal registrada durante el último siglo en la zona central y sur de Chile.
Una parte importante de esta sequía sin precedentes tiene su origen en el cambio climático, dicen los investigadores del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 en el Informe a la Nación «La megasequía 2010-2015: una lección para el futuro» que fue entregado a la presidenta Michelle Bachelet en noviembre del año pasado.
Ahora, el estudio liderado por investigadores del (CR)2 «Contribución antropogénica y natural a la disminución de la precipitaciones en el pacífico sudeste y a la reciente megasequía en Chile central» publicado en la revista científica Geophysical Research Letters, confirma que alrededor de un 25% de la actual megasequía puede explicarse por la acción del ser humano.
«La influencia del cambio climático en el régimen de precipitaciones es incierta en muchas regiones del planeta. Sin embargo, la señal antrópica es particularmente robusta en Chile central y ha contribuido significativamente a la megasequía», dice Juan Pablo Boisier, investigador postdoctoral del (CR)2 y autor principal del artículo.