Los corales situados más al norte estaban supuestamente más protegidos del efecto del calentamiento global, pero los científicos han confirmado también las consecuencias para un arrecife situado frente a la isla japonesa de Tsushima.
El blanqueo de corales está afectando al arrecife más septentrional del mundo, situado frente a las costas de la isla japonesa de Tsushima, donde se han confirmado por primera vez los efectos de este fenómeno atribuido al calentamiento global.
«Las regiones de latitud alta (templadas) son un refugio para los corales tropicales porque el incremento de las temperaturas de la superficie del mar está causando su blanqueo, y por consiguiente su disminución», explicó el director del Centro de Biología Ambiental y Estudios de Ecosistemas de Japón, Hiroya Yamano.
Recientemente se ha observado una expansión de corales en la región templada del país asiático, pero «el blanqueo significa que el refugio está amenazado (…), una muy mala noticia para los corales», destacó el investigador japonés.
En torno al 30 % de los corales de este arrecife se han blanqueado o han muerto, principalmente en aguas poco profundas, según los hallazgos de Yamano y su equipo, dependiente del Instituto Nacional de Estudios Medioambientales de Japón (NIES), quienes elaboraron un estudio de la zona el pasado mes de diciembre.
La disminución del paso de tifones por el área que agiten las aguas y el fenómeno de El Niño son algunos de los factores que, según los científicos, contribuyeron a que las aguas niponas permanecieran unos dos grados por encima de normal en los meses centrales de 2016.
El verano pasado el mayor arrecife de coral de Japón, situado en el archipiélago de Okinawa (sudoeste), sufrió un decoloración a gran escala de más del 70 % por las altas temperaturas, un fenómeno que afecta a todos los arrecifes tropicales.