La agroecología es nueva en Argentina. Otras naciones ya la impulsan como política de Estado. Es una opción más para ofrecer al mundo alimentos diferentes.
Lentamente, la agricultura se encamina a un nuevo sistema conocido como agroecología. Impulsada por el cambio climático, empieza a tomar fuerza como un modelo de aquellos consumidores que buscan alimentos sin paquetes tecnológicos. Se trata de una demanda que crece en el Viejo Continente de la mano de la calidad e inocuidad, dos exigencias que poco a poco tomarán mayor relevancia y un papel más participativo en el comercio internacional.
Las naciones se preocupan por reducir los gases de efecto invernadero, sumado a los riesgos alimentarios como: microbiológicos, residuos de plaguicidas, utilización inadecuada de los aditivos alimentarios, contaminantes químicos, incluidas las toxinas biológicas y la adulteración. Está llevando a pensar en una agricultura sin agroquímicos, más natural.