La cuenca del Segura es la más vulnerable: sus recursos propios no cubren ni la mitad de las necesidades totales.
Las precipitaciones disminuirán un 5% en la cuenca del Segura (España) en el horizonte del año 2033 como consecuencia del cambio climático. Es la previsión recogida en el plan de cuenca recién aprobado, similar al de otras demarcaciones hidrográficas, como la del Ebro. El Segura cuenta con unos volúmenes anuales disponibles de 1.443 hectómetros, de los que menos de la mitad son recursos propios de la cuenca. El resto corresponde al Trasvase Tajo-Segura, la desalación y la reutilización de caudales. Esto da una idea de la vulnerabilidad en la que se encuentra la demarcación debido a su déficit estructural.
Los recursos propios se reducen a 658 hectómetros cúbicos de media, con los que es imposible atender la demanda de 2,5 millones de habitantes (se incluye parte de la provincia de Alicante enclavada territorialmente en la cuenca del Júcar); y mucho menos las 261.000 hectáreas de superficie neta de regadíos, aunque no toda se cultiva debido a la sequía.