El secretario de Estado de Brasil para la Ciencia y la Tecnología, José Goldemberg ideó una manera sencilla de minimizar la dependencia del petróleo.
Extracto del artículo titulado ‘Cómo parar el calentamiento global’ del secretario de Estado de Brasil para la Ciencia y la Tecnología, José Goldemberg, en la edición de noviembre de 1990 de MIT Technology Review.
«El espectro del calentamiento global une a la humanidad en una tarea común. Cada vez que cualquier persona enciende una estufa de leña, o arranca un coche, en cualquier lugar del mundo, la atmósfera recibe otra dosis de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero que amenazan con provocar una catástrofe dentro de unas décadas o siglos».
Para estabilizar las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero en los niveles actuales, la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) calculó recientemente que sería necesario reducir las emisiones de CO2 a la mitad. Desafortunadamente, tales reducciones probablemente resultarán poco prácticas, porque limitarían gravemente el desarrollo económico. Un objetivo más modesto surgió de la Conferencia sobre el Cambio Climático de Toronto (Canadá) en 1988. Allí, las naciones industrializadas del mundo acordaron un objetivo de estabilizar los niveles de gases de efecto invernadero que al menos ralentizarían su acumulación.