Un estudio de la Autoridad Nacional del Agua indica que el 42% de los glaciares se han perdido los últimos 44 años.
Por Bitia Chávez y Evelyn Salas – Generación +1
Los glaciares tropicales son una de las reservas de agua dulce más grande del planeta, y el Perú alberga un importante 71% de los glaciares tropicales del mundo. Sin embargo, estos glaciares han sido uno de los principales afectados por los efectos adversos del cambio climático, la deglaciación ha producido que miles de kilómetros cuadrados de nevados se vayan perdiendo progresivamente. Un estudio de la Autoridad Nacional del Agua indica que el 42% de los glaciares se han perdido los últimos 44 años[1]. Aunque existen instituciones que investigan este fenómeno y proponen medidas de mitigación, sus esfuerzos no siempre no han sido muy efectivos, ya que la tasa de calentamiento ha ido incrementando por la emisión de Gases de Efecto Invernadero[2], algo que ciertamente se encuentra fuera de su control.
La cordillera nevada del Huaytapallana
El Huaytapallana, es uno de los nevados más importantes del Perú y se ubica en la cordillera blanca en el departamento de Huancayo, en la cordillera del Shullcas. Forma parte del Área de Conservación Regional Huaytapallana sobre una superficie de 22 mil 406,52 hectáreas.
El nevado Huaytapallana comprende 378,40 km² de superficie y ha sido uno de los mayores afectados por el cambio climático, es así que según el último inventario de glaciares, se ha registrado una reducción de superficie glaciar entre 1970 al 2014 del 58.4% del área total[3]. Más aún, de acuerdo a las proyecciones realizadas se estima que el nevado desaparecerá en 20 años.
La deglaciación del Huaytapallana ha producido la aparición de lagos glaciales que almacenan parte del agua derretida. Sin embargo, si la tasa de deglaciación sigue incrementándose, poblaciones aguas abajo se verán directamente afectadas por un menor abastecimiento hídrico a futuro, sin contar las innumerables especies de flora y fauna que se perderían por el cambio en los ecosistemas.
Problemas que comprometen al nevado:
Uno de los principales problemas es el incremento de la temperatura como consecuencia del cambio climático, con lo cual incrementa la tasa de desglaciación. Se ha registrado un aumento de 0.74 °C a nivel mundial. El umbral máximo que se los países se han propuesto evitar es un aumento de 2°C[4] para no sobrepasar varios puntos de no retorno climáticos.
La presencia de turismo al nevado está restringida como medida precautoria ante la deglaciación. No obstante, debido a una educación ambiental deficiente y ausencia de autoridades fiscalizadoras, se observa diariamente grupos de turistas quienes ascienden al nevado sin un control adecuado, tanto en el ingreso como en la salida del área.
Se observa también la práctica de una serie de rituales religiosos, en los que muchas veces queman “pagos” disminuyendo así el manto glaciar. Asimismo, dejan botellas de plástico y demás artículos como ofrendas, los cuales quedan en la zona como desechos impactando tanto visual como ambientalmente al nevado.
Ante el problema de la desglaciación se han adoptado diferentes medidas, una de ellas fue el proyecto “Pintar los Glaciares”, para así reducir la radiación. Sin embargo, el proyecto, actualmente, se encuentra en estado de abandono y su efectividad es cuestionable, por no decir nula.
Aunque existen programas de educación ambiental en la zona, se hace necesario elaborar programas más eficaces de educación ambiental, adaptación y mitigación al cambio climático. El trabajo con las comunidades es un factor clave de éxito de cualquier estrategia, especialmente considerando las fuertes medidas de adaptación que se deberán realizar en esta zona.
Se vienen realizando investigaciones para determinar el comportamiento del nevado frente a los cambios de temperatura. Sin embargo, aún es necesario realizar diversos trabajos en flora y fauna comprometidas ante la pérdida del nevado. La valoración de económica ecológica y la diversificación de actividades será muy importante para tomar decisiones que no comprometan la calidad de vida de los pobladores de bajos recursos, quienes hoy se dedican principalmente a la agricultura.
Se debe buscar que distintos actores se unan para la protección del Nevado. Esto incluye a las agencias de turismo, la comunidad, la asociación de chamanes, entre otros, los que pueden generar un gran impacto en el cuidado del Huaytapallana si toman acciones efectivas y de cuidado al mismo, así como campañas de recojo de desechos en la zona o el control de los plásticos que los visitantes llevan al Nevado supervisado por las mismas agencias de turismo.
A pesar de que existen algunas soluciones para los diversos problemas que observamos, el tema de fondo es reconocer la desaparición del glaciar, el cual parece estar en un proceso inevitable de derretimiento. Tuvimos la oportunidad de visitar este nevado magnífico hace poco, pero su retroceso es tan severo que en una o dos décadas este paisaje habrá cambiado completamente. Es un gran indicador de los cambios que ya se vienen realizando y continuarán, cada vez con mayor fuerza.
[1] Inventario Nacional de Glaciares y Lagunas, Autoridad Nacional del Agua, 2014
[2] Según el GAP report se emitieron para el 2010 59 GtCO2
[4] Quinto informe del Panel Intergubernamental de cambio climático- Bases científicas IPCC
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