Hay algo que ya es inevitable: la temperatura promedio de la Tierra va a aumentar 2°C antes de que termine este siglo. No es un dato fabricado por ambientalistas radicales. Es el dato que nació de un consenso científico global y sobre el que se fundamenta toda la negociación internacional que esta semana en Lima, Perú, llegó a su intento número 20 por alcanzar un acuerdo.
Hay algo que ya es inevitable: la temperatura promedio de la Tierra va a aumentar 2°C antes de que termine este siglo. No es un dato fabricado por ambientalistas radicales. Es el dato, que nació de un consenso científico global y sobre el que se fundamenta toda la negociación internacional que esta semana en Lima, Perú, llegó a su intento número 20 por alcanzar un acuerdo.
El artículo, escrito por el periodista Pablo Correa de El Espectador, señala: «El problema es el siguiente, según el Reporte sobre la brecha de Emisiones presentado por Naciones Unidas. Desde la era preindustrial hasta hoy hemos lanzado a la atmósfera un total de 1.900 gigatoneladas (gt) de CO2. El CO2 es un gas que, salvo por las cantidades que atrapan las plantas, los árboles y los océanos, queda flotando sobre nuestras cabezas hasta 100.000 años. Eso quiere decir que se acumula como la basura en una esquina hasta alterar todo el sistema climático como ya está ocurriendo.
La pregunta obvia es cuánto más CO2 podemos emitir antes de cruzar el umbral peligroso, el de los 2°C. La respuesta de los científicos es: 2.900 gt. Una simple resta entre lo que hemos lanzado y este límite, da el presupuesto de carbono que nos queda, la línea roja: 1000 gt.
En 2012 sumando las emisiones de todos los países se generaron al año 54 gt. Las proyecciones indican que si continúa con el modelo de desarrollo tradicional basado en combustibles fósiles para 2030 esa cifra subiría a 87 gt. Al ritmo actual sólo en 18 años, dentro de cuatro mundiales de fútbol ya habremos llegado al límite y no se podría quemar ni una vela más exagerando un poco las matemáticas.