Los océanos aportan una serie de servicios a la humanidad entre las que destacan su capacidad para producir alimento, absorber calor y dióxido de carbono.
Acidificación, aumento de las temperaturas del agua, eventos climáticos extremos y ciclos de carbono alterados son algunos de los efectos del cambio climático que, a corto y largo plazo, alterarán las mares. A las puertas de la Cumbre del Clima que este año Naciones Unidas celebra en París (COP21), la revista Science recoge una serie de estudios en los que explora los cambios que ya están ocurriendo en los mares.
«El océano es el mayor bioma del planeta, y la mayor parte de este conjunto de ecosistemas se sitúa a 200 metros de profundidad, donde habita una biodiversidad única, aún muy poco explorada, y donde una gran variedad de ambientes funciona sin la luz solar y desempeña papeles múltiples», afirma a Sinc Nadine Le Bris, científica en el Observatorio Oceanográfico de Banyuls-sur-Mer (Francia) y autora de uno de los trabajos.
Pero además de sus funciones naturales, el océano aporta una serie de servicios a la humanidad entre las que destacan su capacidad para producir alimento, absorber calor y dióxido de carbono –actuando como sumidero–, y distribuir agua procedente del deshielo de los glaciares y de las capas de hielo.
Para Thomas Stocker, investigador en el Instituto de Física de la Universidad de Bern (Suiza) y autor de otro estudio, aunque existe el debate sobre los servicios que ofrecen los ecosistemas, no lo hay sobre los océanos. «Creo que la idea general de la gente es que el océano es tan vasto que los efectos del calentamiento o el aumento de las concentraciones de CO2 serán bastante pequeños y la respuesta será lenta. Pero esta visión es evidentemente incorrecta», subraya a Sinc Stocker.
Un océano más cálido conllevará una mayor frecuencia de ciclones extremos, que ya están ocurriendo, pero también provocará la fusión de las capas de hielo, que a su vez incrementará el nivel del mar. Para los expertos, ya se están produciendo cambios irreversibles a escala humana, como los producidos por el CO2 que se emite por el uso de combustibles fósiles y la deforestación y que absorben los océanos.