La evidencia científica de que el hogar del oso polar en el Ártico se está calentando el doble de rápido que el resto del planeta es abrumadora y está respaldada por reportes.
Peludos, con nariz de botón y dependientes del hielo marino para sobrevivir, los osos polares han sido desde hace tiempo animales representativos de los efectos del cambio climático.
Sin embargo, en una época en que la ciencia climática reconocida es cuestionada hasta en los más altos niveles de gobierno, quienes niegan el calentamiento global están utilizando a los carismáticos osos para su conveniencia propia y se aprovechan de su peso simbólico para sembrar dudas acerca de la amenaza del cambio climático.
La evidencia científica de que el hogar del oso polar en el Ártico se está calentando el doble de rápido que el resto del planeta es abrumadora y está respaldada por reportes como el de la Evaluación Nacional del Clima, que fue recopilada por expertos de trece agencias federales estadounidenses. En algunas regiones del Ártico, los científicos han documentado declives en el número de osos polares y señales perturbadoras de deterioro físico vinculadas con la pérdida de hielo marino.
Sin embargo, a decir de quienes niegan el cambio climático, los osos polares están bien. En Watts Up With That, Climate Depot y otros sitios web que refutan la ciencia climática, los blogueros insisten en que el hielo en retroceso es parte de un ciclo natural de calentamiento que no está relacionado con las actividades humanas. Dicen que las predicciones acerca de reducciones devastadoras en las poblaciones de osos polares no se han hecho realidad.
En respuesta, en un artículo publicado en la revista BioScience, catorce investigadores prominentes argumentan que los blogs y sitios web que niegan el cambio climático y cuentan con muchos seguidores están utilizando a los osos para divulgar información falsa acerca de las causas y las consecuencias del cambio climático.
Los investigadores destacaron Polar Bear Science, un blog que dirige Susan J. Crockford, una zoóloga canadiense, como principal fuente de información dudosa acerca de la condición de los osos polares. En el estudio hallaron que casi el 80 por ciento de los sitios web opositores que estudiaron los investigadores se refirieron al blog de Crockford como fuente principal.
Es probable que la publicación del artículo intensifique el furor en los círculos negacionistas que comenzó hace cuatro meses, después de que apareció una versión preliminar del artículo en el sitio web de BioScience.
La reacción fue rápida y feroz. En una publicación en Climate Audit, un blog popular entre los escépticos del cambio climático, se dijo que el artículo era “un ataque” y lo tacharon de ser “otro texto propagandístico para avanzar la agenda del cambio climático”. Crockford tuiteó que el artículo equivalía a una “violación académica” y exigió que detuvieran su publicación.
Los autores del artículo también fueron atacados. Por ejemplo, Hans LaBohm, editor del blog ClimateGate.nl, le escribió a la Academia Real de Artes y Ciencias de Países Bajos para exigir que reprendieran a Jeffrey Harvey, ecologista y autor principal del artículo, por conducta “indigna de un científico serio”.