Elaborado por The Global Commission on the Economy and Climate /Londons School of Economics (LSE) ¿Cuándo se publicó? Noviembre del 2014 DESCÁRGUELO AQUÍ Información básica Financiamiento: Fondos privados Política para citar: Libre de uso Número de páginas: 61 Resumen ejecutivo: No Idioma: Inglés ¿De qué trata el informe? Este documento presenta una perspectiva balanceada sobre el debate… Ver artículo
Elaborado por
The Global Commission on the Economy and Climate /Londons School of Economics (LSE)
¿Cuándo se publicó?
Noviembre del 2014
Información básica
¿De qué trata el informe?
Este documento presenta una perspectiva balanceada sobre el debate actual sobre la forma de la ciudad, los sistemas de transporte y cómo estos determinan diferentes tendencias de accesibilidad urbana. Analiza cómo las diferentes tendencias de accesibilidad afectan directamente la sostenibilidad ambiental y otras medidas de desarrollo, y brinda orientaciones de políticas públicas para posibilitar ciudades compactas y sistemas de transporte sostenibles.
¿Qué temas pueden interesarle?
Este reporte le será valioso si está investigando los siguientes temas: Accesibilidad en las ciudades e implicancias en emisiones; impactos de la salud pública del sector transporte; tendencias actuales, datos, costos vinculados al transporte sostenible y la accesibilidad en ciudades; Innovaciones en movilidad urbana y orientaciones de políticas públicas para posibilitar ciudades compactas y sistemas de transporte sostenible.
¿Qué información puede encontrar sobre América Latina?
Encontrará datos puntuales sobre ciudades latinoamericanas.
EL REPORTE EN DETALLE
El documento explica cómo las diversas configuraciones de la forma urbana y los sistemas de transporte determinan el acceso a servicios, actividades e intercambio en las ciudades. Compara, además, dos importantes tendencias de accesibilidad urbana: las ciudades compactas, basadas en el transporte público; y aquellas de crecimiento rápido horizontal basadas en el auto.
Se argumenta que la primera genera considerables beneficios económicos y sociales. La densidad urbana alta usa más eficientemente el espacio, capitaliza economías de escala y efectos de aglomeración que reducen costos de infraestructura y operacionales (ahorros estimados entre 33% y 55%). En zonas de baja densidad, la distancia recorrida en vehículo per cápita es mayor en más de 40% y los costos de transporte son, en efecto, más altos; mientras que cambiar infraestructura de transporte privado a público y no motorizado genera ahorros masivos de capital (a 50km/h, el auto requiere 160 m2 por persona y los buses, 4 m2).
Las tendencias de accesibilidad tienen implicancias en las emisiones, el bienestar y otras medidas de desarrollo. El transporte urbano (60% de la distancia global recorrida) representa la mayor fuente de contaminación del aire y de emisiones de GEI del sector.
Energía y emisiones
En ciudades dispersas intensivas en energía, las emisiones son 10 veces más que las de ciudades compactas eficientes energéticamente. Estas, basadas en transporte público y no motorizado (con dependencia de grupos de menores ingresos) causan menores impactos adversos en la salud, la seguridad, inclusión y efectos macroeconómicos positivos (en Alemania, el transporte publico expande en 1,7% el PBI y en 5,3% el empleo del sector).
Las tendencias globales evidencian el incremento del área urbana, a triplicarse al 2030, y un aumento pronunciado de la motorización en la mayoría de países, con solo 16% de viajes en transporte público.
Patrones alternativos de la forma urbana, la planificación del transporte, sumado a cambios socioeconómicos y generacionales muestran recientemente la adopción de modos sostenibles de movilidad y en países desarrollados, un aumento del transporte público y no motorizado. Este último, según el reporte, alcanza 30% en ciudades como Londres, Berlín o Copenhague.
También se evidencia que las tecnologías de transporte no han cambiado substancialmente. La evolución de la movilidad urbana se debe principalmente a innovaciones de uso de tecnologías existentes (por ejemplo, en sistemas de buses de tránsito rápido o en el préstamo de bicicletas), tecnologías de información y comunicaciones (smartphones y sistemas de posicionamiento global) que aportan a la gestión mas eficiente y efectiva; y la electrificación de los sistemas urbanos de movilidad (conversión de energía de 80% en vehículos eléctricos en contraste a 25% y 30% en motores de combustión).
La integración del planeamiento del transporte y uso del suelo representa una oportunidad de política para desarrollar ciudades eficientes en términos de espacio y energía. El planeamiento estratégico de infraestructura, relevante a largo plazo; los instrumentos de política regulatorios (por ejemplo, el pago por congestión); los incentivos de mercado (efectivo en países en desarrollo) y políticas fiscales que internalicen los costos socioambientales (remover subsidios a los combustibles fósiles, etc.), son claves para posibilitar ciudades compactas y transporte sostenible.
El reporte concluye que la política no maximiza siquiera lo tecnológicamente posible (la tecnología existente podría reducir las emisiones por kilómetro entre 30% y 50%), dirige inversiones y soporte institucional desproporcionalmente mayor al transporte privado, e inclusive incentiva innovaciones contraproducentes.