La controversia por 0.5°C de diferencia en las negociaciones ha sido uno de los temas más calientes de la primera semana de la COP21, ya que podría variar enormemente la dimensión de las acciones a implementarse en el nuevo acuerdo global.
Durante la primera semana de la cumbre climática de París, se presentó un reporte de Naciones Unidas que indica que sobrepasar el objetivo de 1.5°C estaría por encima de la capacidad de adaptación de algunos países. El documento especifica que un objetivo con este nivel de ambición requerirá una reducción mucho más radical de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Por su parte, un Informe del Banco Mundial del 2014 afirma que el objetivo de 1.5°C es técnica y económicamente factible, que requiere de una acción más rápida y con mayores costos, pero que lograría evitar algunos de los desastres climáticos más importantes.
Sin embargo, pese a que 112 de los 195 países de la COP21 están de acuerdo con limitar el aumento de temperatura de 1.5°C, países como la India y Arabia Saudí han impedido que este estudio se tenga en cuenta en las negociaciones.
Ya en el 2009 (durante la COP15 de Copenhague), se había acordado que el límite de incremento de temperatura para no romper el equilibrio climático del planeta era de 2°C. Sin embargo, los países más vulnerables (con zonas costeras o estados insulares) manifestaban que esto era insuficiente, ya que podrían verse gravemente afectados. Es así que empezaron a reivindicar que se cambiara el objetivo a 1.5°C de incremento.
1.5°C para los más afectados. AOSIS y el Foro de Vulnerabilidad Climática, que incluye países como Filipinas y Bangladesh, demandan objetivos más ambiciosos al resto de países. Saleemul Huq, portavoz del grupo, explicó: “Somos los países que más sufrirán los impactos, en contra de los grandes grupos de negociación como Estados Unidos, la Unión Europea o el G77”. Huq argumentó que sus voces no se escuchan suficientemente y que falta democracia en el proceso de negociación.
Preocupación para las economías en crecimiento. Países como Brasil, China e India se oponen al objetivo de 1.5°C. Una meta más ambiciosa podría ver limitado su crecimiento en emisiones antes de lo previsto, afectando su economía. Aún queda pendiente que los países en vías desarrollo que generan más emisiones estén de acuerdo con este objetivo.
EE.UU. Por su parte, Obama señalo que “deberíamos llegar a 2 grados o menos de eso” en una conferencia de prensa realizada el día martes.
Francia. El presidente francés François Hollande sorprendió en la sesión de apertura de la COP21, mencionando que los delegados de los países deberían seguir la meta de 1.5°C de ser posible.
Alemania. Un objetivo de 2°C es demasiado débil, explicó el negociador alemán Jochen Flasbarth en una conferencia esta semana, agregando que 1.5°C debe ser mencionado en el próximo acuerdo de París.