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Acuerdo mundial traza el camino para un planeta sostenible

El primer acuerdo universal sobre cambio climático – que no es perfecto – es el inicio del cambio de paradigma ambiental y social. El documento entrará en vigor el 2020. ConexiónCOP conversó con especialistas para conocer detalles sobre la ambición, perspectivas y el tema del financiamiento en el documento.

El 12 de diciembre,  más de 190 países confirmaron que están unidos para proteger al planeta del calentamiento global. Mediante el Acuerdo  de París – que fue el resultado de la COP21 – las naciones adoptarán una estrategia universal para reducir sus emisiones y adaptarse al cambio climático. Con la intención de conocer más detalles sobre el documento – que entra en vigor el 2020 – ConexiónCOP conversó con algunos expertos, quienes coincidieron en indicar que el documento en cuestión es un punto de partida para los cambios que necesita el planeta.

Uno de los logros más celebrados globalmente es que el acuerdo menciona el límite de 1.5 ºC, elemento vital para países muy vulnerables al cambio climático como las pequeñas islas del Caribe. Para ello, el texto propone «mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 ºC – con respecto a los niveles preindustriales – y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1.5 ºC».

Gabriel Quijandría, viceministro de Desarrollo Estratégico de Recursos Naturales de Perú, sostiene que la ambición ha aumentado al lograr mencionar el 1.5 ºC en el texto, pero “falta más claridad para saber cómo llegaremos a esa meta”, explica.

Un nuevo rumbo

El acuerdo establece la obligación para todos los países de revisar cada 5 años sus contribuciones nacionales para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Precisa que los compromisos presentados deben ser progresivamente mejores comparado a los anteriores, garantizando el aumento constante de la ambición. A la fecha, 187 países, que representan en conjunto a más de 95% de las emisiones globales, han presentado oficialmente sus contribuciones.

Mónica Araya, directora ejecutiva de Nivela, explica que el Acuerdo de París da una señal de entrada al siglo XXI, con un objetivo sin obligatoriedad impuesta, sino más bien se hizo un giro hacia un régimen donde cada país definió su propio compromiso.

“Ese es el giro que necesitamos, porque solo anexando nuestra realidad con el cambio climático, vamos a lograr cambios transformaciones en cada país. Lo que necesitamos en América Latina es anexar el momento político con las prioridades de cada país en materia de desarrollo, energía,  en calidad de vida, y crear una agenda ganadora. Los países vamos a ganar, y empezaremos a hacer la tarea desde el 2016. ”, indica.

Enrique Maurtua, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) acompaña la idea de Araya y sostiene que el acuerdo traza el camino hacia el resto del siglo, para poder estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que llevará a tener un clima más seguro.

“El acuerdo por ahora no tiene todos los elementos que se necesitan, pero sí da una dirección y una señal lo suficientemente ambiciosa como para que todos aquellos que están involucrados en el sector privado o en el sector de las inversiones puedan hacer sus proyecciones de largo plazo”, indica.

La base para seguir trabajando

Uno de los puntos del acuerdo que resultó más difícil de conciliar fue el tema del financiamiento. En el documento se establece claramente la responsabilidad de los países desarrollados para proveer apoyo financiero a los países en desarrollo. Precisa que este financiamiento se destinará tanto a acciones de mitigación como de adaptación, de manera balanceada. Además, especifica que el aporte financiero de las naciones en desarrollo sólo será voluntario.

Andrea Rodríguez, abogada de Programa de Cambio Climático de la Asociación Interamericana para la Defensa del Medio Ambiente (AIDA)  sostiene que en términos generales el acuerdo marca bases para avanzar, pero no hay claridad sobre los siguientes pasos que se deben de tomar en financiamiento. “Nos hubiese gustado ver más, pero nos alegra saber que hay un acuerdo que marca las pautas para seguir trabajando”, indica.

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