Un estudio revela que debido a cambios en la vegetación provocados por el cambio climático algunas abejas también están adaptándose: ahora tienen lenguas más cortas para facilitar la polinización.
Un estudio publicado recientemente en la revista Science, revela que a causa de la disminución del número de ciertas flores en Norteamérica como consecuencia del cambio climático, las abejas con la misma zona de distribución han sufrido una adaptación bastante particular: la disminución del tamaño de su lengua.
Esta adaptación anatómica, explican los científicos, responde a la tarea de estos insectos de polinizar pues, debido a que el número de flores de tubo largo se ha reducido, las abejas con lenguas más cortas y capaces de chupar néctar de diferentes especies de flores ahora son las que imperan en la región.
En el estudio se encontró que las abejas de lengua larga han disminuido en número de manera significativa en los últimos 40 años, y que las especies de lengua corta, debido a que tienen más facilidad para alimentarse, las están reemplazando. “Este cambio parece ser un resultado directo del calentamiento en los veranos que está reduciendo la disponibilidad de flores, por lo que los abejorros generalistas tienen más éxito que los especialistas [Éstos últimos se dedican a polinizar cierto tipo de flores de tubo largo]“, explica el estudio.