Almacenar CO₂ en el subsuelo puede ser menos eficiente de lo creído
La estrategia conocida como «Secuestro de carbono» resulta prometedora como forma bastante expeditiva para mitigar a corto plazo el problema de la creciente concentración de CO₂ en la atmósfera, pero todavía hay muchas dudas con respecto a la seguridad y la eficacia de esta técnica.
Capturar dióxido de carbono (CO₂) y almacenarlo en el subsuelo mediante procesos artificiales de inyección es una estrategia relativamente nueva conocida como secuestro de carbono. Al aprisionar al CO₂ en un medio en el que se supone que permanecerá inmovilizado, se evita así que acabe en la atmósfera y refuerce el efecto invernadero culpable del calentamiento global.
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NCYT, la estrategia resulta prometedora como forma bastante expeditiva para mitigar a corto plazo el problema de la creciente concentración de CO₂ en la atmósfera, pero todavía hay muchas dudas con respecto a la seguridad y la eficacia de esta técnica, por lo que existe en la comunidad científica y en la opinión pública un debate muy acalorado sobre el tema.
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