Esta es una autopista especial y una carrera especial: solo ganamos si todos llegamos. Y no solo eso. Solo ganamos, si llegamos a tiempo. El gran desafío, entonces, es la ambición colectiva de las INDC y la capacidad para incrementar esa ambición.
por Melissa Ingaruca – Generación +1
“Lo que se juega en París en diciembre es la transformación del mundo”, ha dicho el François Hollande, jefe del Estado francés, en la sede de la UNESCO en el Business Climate Summit, refiriéndose a la próxima COP21 en donde se espera alcanzar un nuevo acuerdo climático global.
Asimismo, Hollande ha lamentado que solo 37 de los 196 países participantes de la cumbre de diciembre hayan presentado, hasta el momento, sus estrategias nacionales, es decir sus Contribuciones Previstas y Nacionalmente Determinadas o INDC por sus siglas en inglés. Las Contribuciones constituyen un engranaje entre las negociaciones internacionales y las agendas de desarrollo particulares de cada país, y por lo tanto trastocan todos los sectores y a cada ciudadano. Así, pues, los compromisos que asume un país frente a la comunidad internacional son los compromisos que deberemos asumir cada uno de nosotros, seamos conscientes o no de ello.
Esta reflexión postula los posibles roles que como ciudadanos podemos asumir, no solo para presionar al sistema formal con el fin de elevar la ambición de las Contribuciones Nacionales, sino también en empujar un sistema informal, ciudadano, de ambición. Después de todo, las INDC indican solo una trayectoria. El verdadero camino se hace, pues, caminando rápido, y juntos.
Para entender las INDC hay que entender en qué momento de su historia se encuentran las negociaciones climáticas. Como explica Christiana Figueres, Secretaria de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, “lo que se construye con el acuerdo de París es una autopista ancha, con diferentes carriles. La autopista lleva a la meta final que es el restablecimiento del balance ecológico entre las emisiones y la capacidad del planeta de absorberlas. Toda la autopista lleva a esa meta. Pero tiene varios carriles, porque cada país tiene que progresar de una manera diferenciada”
Como sabemos, la meta política para la estabilización del sistema climático es mantenernos por debajo de los 2°C de aumento de temperatura global (aunque el límite recomendado por la ciencia es de 1.5°C), y la manera en que cada país asume un compromiso (o intención de compromiso) para reducir sus emisiones y adaptarse al cambio climático, es a través de las INDC o Contribuciones Previstas y Nacionalmente Determinadas. Esto lo debe hacer de acuerdo a sus circunstancias nacionales.
La receta de la INDC va un poco así:
-Bastante de mitigación
-Adaptación al gusto
-Principio de universalidad y no retroceso
-Un aderezo de ambición
Como vemos, por medio de las INDC, cada país explicará varios aspectos críticos para el cambio climático, y principalmente las actividades de mitigación que desarrollará para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Del mismo modo, los países que lo requieran pueden presentar sus aportes en adaptación.
Se ha introducido el principio de universalidad en las contribuciones, es decir que todos los países deben presentarlas. Existe además el principio de “no retroceso”, que quiere decir que las contribuciones deben tener un mecanismo para elevar su ambición durante los años. En otras palabras, las INDC determinarán las trayectorias de los países para los siguientes años, y la manera diferenciada en que cada país avance por su respectivo “carril”.
Aquí puedes ver los países que ya presentaron su INDC
Más allá de los desafíos que supone para un país articular una Contribución Nacional, hay un reto a nivel colectivo. Para entender esto, hay que recordar que las contribuciones nacionales o INDC difieren del mecanismo del Protocolo de Kyoto, en que en el protocolo se predefinían los compromisos para cada país en la Convención, mientras que aquí se trata de acciones definidas por los mismos países. El Protocolo de Kyoto en gran medida no funcionó, por lo que ahora se ha virado hacia las contribuciones voluntarias, en una modalidad de “pledge and review” o “prometo y reviso”. Si bien esto le da viabilidad política al proceso, el efecto agregado de las INDC no garantiza la seguridad climática.
En otras palabras, el desafío de las contribuciones voluntarias es que sumandolas podríamos no tener lo necesario para mantenernos debajo de los 2°C de aumento de temperatura global. O sea, todo depende de la ambición colectiva de estas contribuciones y de un mecanismo para elevar la ambición durante los siguientes años.
Esta es una autopista especial y una carrera especial: solo ganamos si todos llegamos. Y no solo eso. Solo ganamos, si llegamos a tiempo. El gran desafío, entonces, es la ambición colectiva de las INDC y la capacidad para incrementar esa ambición. Y la gran pregunta es ¿cómo podemos generar moméntum o presión para desatar esa ambición colectiva en el camino hacia la COP21? La respuesta yace en cada uno de los países y en los contextos locales. Y desde nuestro rol como sociedad civil encontramos dos papeles interesantes:
Retomando el ejemplo de la carrera, tenemos que hacernos una pregunta. ¿Queremos ser el copiloto que se demora en subir al auto? ¿O queremos ser el remolque que jale al auto y nos lleve más rápido hacia un acuerdo climático ambicioso?
La incidencia en el proceso formal de INDC no es un proceso particularmente sencillo, y la participación y consulta es de relevancia discutible en los resultados finales de las INDC respectivas. Sin embargo, vale la pena aprovechar cada ventana de apertura de nuestros gobiernos para hacer llegar nuestra demanda por una Contribución Nacional ambiciosa. Esto es posible en la medida que los procesos de construcción de INDC sean participativos.
Otra posición interesante de adoptar es de girar la mirada hacia otros actores no gubernamentales para impulsar la ambición y compromiso que necesitamos. El portal NAZCA, lanzado por la presidencia de la COP20, nuestro país, es un ejemplo de cómo construir momentum para apoyar un acuerdo climático ambicioso. Esta plataforma muestra y suma los compromisos de compañías, ciudades, regiones e inversores.
Ver los 2763 compromisos hasta la fecha, en el portal NAZCA
Quizá nuestra respuesta, como ciudadanos, está no solo en presionar al sistema formal, sino en empujar un sistema informal de ambición. Después de todo, los INDC son solo una trayectoria. El verdadero camino se avanza, pues, caminando. Rápido y juntos.