Por Miriam C. Somocurcio Holguin – CliMates Editado por Patricio Roulier Pazos – TUNZA Las últimas negociaciones llevadas a cabo en Bonn del 19 al 21 de octubre estuvieron caracterizadas por recibir fuertes críticas, tanto de la sociedad civil como de los negociadores, principalmente debido a la falta de transparencia del proceso de negociación y… Ver artículo
Por Miriam C. Somocurcio Holguin – CliMates
Editado por Patricio Roulier Pazos – TUNZA
Las últimas negociaciones llevadas a cabo en Bonn del 19 al 21 de octubre estuvieron caracterizadas por recibir fuertes críticas, tanto de la sociedad civil como de los negociadores, principalmente debido a la falta de transparencia del proceso de negociación y a la ausencia de una metodología de trabajo clara que permita agilizar la labor de los delegados y afinar el contenido del texto del futuro acuerdo de París. Al concluir la semana, el legado material de las negociaciones de Bonn se vio traducido en un nuevo borrador del texto de negociaciones, el mismo que fue construido sobre la base del documento presentado por los co-presidentes (el pasado 5 de octubre), las inserciones introducidas por los Estados principalmente durante la jornada del lunes 19 de octubre y las propuestas adoptadas en el seno de los subgrupos de negociación, conocidos también como “spin-off”.
En lo referente a la inclusión del término de “derechos humanos” en el texto del Acuerdo de París las discusiones siguen abiertas: mientras unos defienden la pertinencia de la inclusión de este término, otros explican que promover esta incorporación no es necesaria, pues los derechos humanos ya cuentan con un marco jurídico internacional que garantiza su protección y plena vigencia.
En el eventual caso de que los Estados decidan finalmente incluir la mención de los derechos humanos en el texto del Acuerdo de París, el principal punto de discusión se centrará, como hasta ahora, en el hecho de decidir en qué parte del Acuerdo deberá incorporarse dicha mención, pues de ello dependerá el alcance y la tipo fuerza -vinculante o no – que el acuerdo dará a la protección de los derechos humanos. y su vinculación con el cambio climático. Sobre este punto último punto existen incluso hasta tres posibilidades.
La primera propone incluir la mención “respeto de los derechos humanos (…) en todas las acciones climáticas y el proceso de tomas de decisiones” únicamente en el texto del preámbulo del Acuerdo de París, lo cual supone que la mención del término será declarativa, es decir más enunciativa que operativa . Desde un punto de vista jurídico, este tipo de mención supone que la inclusión del término tendrá fuerza jurídica limitada y por ende una débil aplicación práctica, ya que el Preámbulo del Acuerdo de París no tendrá carácter vinculante (contrario a lo que se propone para el contenido operativo del Acuerdo).
La segunda posibilidad, más ambiciosa, fue sostenida por varios países latinoamericanos: principalmente por los miembros de la Asociación Independiente de América Latina (AILAC) y México. Esta implica que la inclusión de los derechos humanos se efectúe en la sección operativa del Acuerdo lo que, desde el punto de vista jurídico, supone incluir a los derechos humanos en la parte dispositiva del Acuerdo, principalmente en la parte dedicada a los propósitos que el Acuerdo de París pretende alcanzar, contenida en el Artículo 2 del borrador del texto de negociación. Esta posibilidad implica forjar un marco jurídico vinculante que permitirá el diseño y promoción de políticas públicas que afronten al cambio climático, no solo desde un punto de vista técnico y económico, sino también desde un enfoque de derechos humanos, lo cual permitirá abordar el cambio climático con una visión holística, la cual se sustenta en una base sólida que exige entre otras cosas asegurar la efectiva protección de los derechos fundamentales de todas las poblaciones, y particularmente de aquellas que son más vulnerables a los efectos adversos del cambio climático.
La tercera opción una conjugación de la primera y segunda posibilidad, que por razones obvias, resulta ser la posición ambiciosa de todas.
Entretanto, el nuevo texto del preámbulo y el propósito del acuerdo, propuesto tras las reuniones de trabajo del subgrupo de negociación responsable de su negociación que se llevaron a cabo en Bonn la semana pasada, mantiene aún en el texto del artículo 2 la mención que promueve el “el respeto, la protección, la promoción y cumplimiento de los derechos humanos para todos”.
No obstante, pese a estos avances es necesario tener presente que durante la sesión de Bonn se incluyeron también algunos nuevos términos en el artículo 2, por ejemplo aquellos que refieren que la protección de los derechos humanos se dará “a la luz de las circunstancias nacionales”, los cuales podrían reducir el alcance y la fuerza vinculante de la cobertura jurídica que se busca dar a los derechos humanos en el contexto de implementación y diseño de políticas y acciones frente al cambio climático.
A estas alturas del proceso de negociaciones se tiene que el actual texto del artículo 2 del Acuerdo Climático aún contiene varias opciones, las cuales deberán ser negociadas y desbloqueadas para finalmente definir el texto final que tendrá este artículo en el Acuerdo de París.
Esta breve reseña nos deja ver que durante las negociaciones de París todo podría ocurrir y que las peripecias de la inclusión de los derechos humanos en el texto del Acuerdo Climático de París lejos de terminar aún subsisten.
Foto: Panoramio
_
Sobre la autora: Miriam Somocurcio tiene 28 años, es abogada Peruana, con Maestría en Derecho Ambiental de la Universidad Sorbona de París y trabaja en CliMates, un Think Tank con base en Francia.