por Pipo Reiser – Generación +1 – @piporeiser
Esta historia comienza en el 2008, cuando, como parte de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre Perú y los EEUU se promueve la “Ley de Promoción de la Inversión en Generación de Electricidad con Energías Renovables”, que colocó como meta alcanzar “hasta un 5%” de la electricidad del país mediante el uso de la energía renovable.
La mencionada ley propuso un esquema de subastas especiales para los «Recursos de Energía Renovables No Convencionales»
( que se están encaminando rápidamente a cambiar) es decir eólica, solar, geotérmica, biomasa, mareomotriz y aquellas hidroeléctricas con menos de 20 MW de capacidad instalada.
En las primeras subastas la competencia era aún escasa. Los precios mucho más altos que los del mercado, y la oposición de los representantes del status quo, férrea. Tanto fue el disgusto que en la tercera subasta en el 2013 sólo permitieron a los postores presentar proyectos hidroeléctricos, dejando afuera todas las demás tecnologías.
Mientras en el Perú se le cerraban las puertas a las renovables, a pesar de que tenemos algunos de los mejores recursos, el resto del mundo progresó enormemente en su desarrollo. El precio de los sistemas fotovoltaicos disminuyó en 70% entre el 2009 y el 2015, y sigue cayendo. Similares desarrollos se han dado en las otras tecnologías, en mayor o menor medida.
Las renovables no se irán de Perú
El pasado 16 de febrero se adjudicó la tan esperada cuarta subasta, que dejó al país un mensaje muy claro: las energías renovables están aquí para quedarse, les guste o no. Para comenzar a entender la fuerza del mensaje, los postores presentaron 111 proyectos, de los cuales sólo se adjudicaron 13. Es decir, una oferta 8 veces mayor a la demanda requerida.
Pero fueron los precios ofertados el factor que trae el mayor potencial de disrupción al sector. En el caso de la energía eólica, Enel Green Power, con un sólo proyecto de 126 MW llamado Central Eólica Parque Nazca, se adjudicó toda la energía requerida a un precio de $37.83/MWh (megawatt-hora). Para entender la importancia de este precio, vale comparar con la segunda subasta, en agosto del 2011, en la que el precio más bajo se situó en $69/MWh. ¡Es decir una reducción de 45%!
En energía solar, la caída en el precio fue aún más impresionante. En la segunda subasta ganó la adjudicación el proyecto Moquegua FV con $119.90/MWh. El 16 de febrero, nuevamente Enel Green Power se adjudicó la Central Solar Rubí de 144 MW a $47.98/MWh. ¡Una reducción de 60%! Dicho sea de paso, esta será por lejos la central fotovoltaica de mayor tamaño del país.
También en las pequeñas hidroeléctricas se dieron muy buenos precios, y se dio una disminución de 21% con respecto al 2013, pasando de $50.50/MWh a $40/MWh.
Los proyectos adjudicados ahora tienen que estar construidos y operando a más tardar el 31 de diciembre de 2018, momento en el cual comenzarán a inyectar energía al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN).