El consumo sostenible está íntimamente relacionado en la lucha contra el Cambio Climático. Ser conscientes de qué y cómo consumimos y cómo impactan nuestras acciones, conlleva a patrones que reducen nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y contribuyen a adaptarnos y mitigar el cambio climático
El cambio climático es uno de los retos más transcendentales a los que nos enfrentamos como humanidad. Incluso sabiendo con una certeza del 95% que es producido por las acciones humanas. Pero, ¿qué son las acciones humanas? Nada menos que nuestra producción de alimentos, textiles, productos electrónicos, producción energética, quema de combustibles y una interminable lista de actividades que hacemos para vivir en el planeta tierra. El problema radica en los patrones insostenibles que llevamos en nuestro consumo, entonces el rey de la jugada es: el consumo sostenible.
¿Por qué un consumo sostenible? Estas cifras expuestas por el PNUMA dan una pauta de la importancia de caminar hacia un modelo de consumo con estas características:
Me pregunto a mí mismo: ¿Cómo sueñas un planeta en el que el consumo sea consciente y sostenible? “Mi sueño es tener ciudades más limpias, sin desechos y con un sistema de transporte bajo en carbono, ciudadanos conscientes sobre qué están desechando, cómo contribuyen o no a agravar la crisis del Cambio Climático. Una bolsa plástica que no tire, representa 150 años de bendición para la tierra. Ser conscientes sobre que tipo de energía usamos, como impactamos en el ambiente con nuestro trabajo, con nuestro hogar, con nuestras relaciones. Todo en este mundo es un círculo y lo que va, siempre vuelve”.
“En mi mundo ideal, existirían ciudades ecológicas, las cuales operarían con mayor respeto por el medio ambiente y cuidando el impacto de las actividades humanas sobre el medio ambiente. La gente se vería comprometida con las normas y prácticas como la reducción del consumo de energía, la conservación del agua, las fuentes de energía renovables y de bajas emisiones de carbono, la conservación de la biodiversidad y gestión sostenible de la tierra, sólo por nombrar unos pocos compromisos. La inclusión de estos en la planificación del desarrollo sostenible sería mi mundo soñado pensando en un consumo sostenible”. Dizzanne Billy, 24 años – Presidente de la Red de Ambiente de Jóvenes Caribeños. Sede: Trinidad y Tobago –
“Un planeta consciente sería aquel en que cada compra que realizamos implique un voto, una elección por un determinado producto bajo un específico proceso de producción; que implique premiar a aquellos emprendimientos y empresas que invierten para operar bajo los principios del comercio justo o para ser responsables con el ambiente a través de un packaging reciclable. La clave para que esta elección sea posible, es contar con la información necesaria. Un ciudadano informado tiene mayores posibilidades de conocer y de consumir responsablemente.” Tais Gadea Lara, 27 años – Periodista especializada en Medio Ambiente- Argentina.
(Para información sobre Consumo Sostenible: http://unep.org/wed)