Hasta el 70 por ciento de la superficie sembrada de cultivos de papa, trigo, quinua y tarwi a nivel nacional fueron afectados con una magnitud diferenciada por el cambio climático.
Hasta el 70 por ciento de la superficie sembrada de cultivos de papa, trigo, quinua y tarwi en Bolivia fueron afectados con una magnitud diferenciada por el cambio climático durante los últimos 10 años. Debido a ello, especialistas de la Fundación de Promoción e Investigación de Productos Andinos (Proinpa) señalaron que se deben implementar “variedades” resistentes a las inclemencias del tiempo que permitan reducir el tiempo de cosecha.
El técnico de la Fundación Proinpa de La Paz especializado en quinua Alejandro Bonifacio explicó que en el sur del altiplano —conformado por los departamentos Potosí, Oruro y La Paz— existen aproximadamente 90 mil hectáreas de superficie sembrada con el cultivo. Estimó que el 60 por ciento se encuentra de los sembradíos fueron afectados fuerte viento de la zona.
“El viento es un tema que no se le da mucha importancia, pero el mismo cubre las plantas pequeñas (de trigo) y es pérdida total de la cosecha”, agregó Bonifacio.
Por su parte, el coordinador de la región sur de Proinpa, Cresencio Calle, aseveró que a nivel nacional existen al menos 150 mil hectáreas de superficie sembrada de trigo, donde hasta el 40 por ciento se ve afectada por la sequía.
Ambos especialistas concordaron en que se debe optar por implementar “variedades” de quinua y trigo que cosechen más rápido en periodos más cortos debido a la sequía.
“Normalmente el trigo madura en cinco meses, pero buscamos variedades de trigo de ciclo precoz que lo haga en al menos en tres meses”, mencionó Calle.
Asimismo el coordinador de proyectos de la Fundación, Pablo Mamani, explicó que a nivel nacional existen alrededor de 150 mil hectáreas de superficie sembrada de papa, de las cuales el 60 por ciento fue afectado por la “distribución” de la lluvia durante lo largo del año.
“Mucha lluvia durante un corto tiempo provoca posteriormente un periodo seco (…). La papa necesita agua en momentos precisos”, añadió.