Productividad de maíz disminuiría entre 30 y 60 por ciento en noreste de Brasil hasta fin de siglo. La región es una de las más pobres del país y el maíz es básico en su dieta humana y animal.
Los cambios de temperatura y de patrones de lluvias afectarían drásticamente la productividad del maíz para fines del siglo en el noreste de Brasil, una de las regiones más vulnerables del país debido a sus altas tasas de pobreza y su poca capacidad de adaptación a los efectos esperados del cambio climático.
Un estudio que será publicado en mayo en la revista Agricultural Water Management llegó a esa conclusión tras simular los impactos potenciales del cambio climático en la producción del maíz en esa región brasileña bajo dos posibles escenarios desarrollados por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés).
En el más optimista, las emisiones de gases invernadero dejarían de crecer en la década de 2040 y la temperatura en Brasil podría variar entre 0,3º y 1,7ºC hasta 2100. En el más pesimista, las emisiones continuarían creciendo hasta fines del siglo y la temperatura promedio en el país en 2100 sería alrededor de 3°- 6°C más alta que la actual.
Las proyecciones realizadas por los investigadores sugieren que el cambio climático afectaría los rendimientos del maíz en ambos escenarios, resultando en una reducción de por lo menos 30 por ciento en la productividad del grano en el noreste de Brasil.
En esa región viven más de 50 millones de personas, aproximadamente 26 por ciento en localidades semiáridas, donde la carencia de agua es constante. La región también es una de las más atrasadas de Brasil en términos de indicadores sociales vinculados a la pobreza.
El maíz es uno de los granos de mayor producción en el noreste del país y alimento básico de la población local y los animales. Su crecimiento depende esencialmente de las lluvias dado que los pequeños agricultores tienen escaso acceso a recursos tecnológicos.
“Verificamos que en el peor escenario las pérdidas del cultivo podrían llegar a más del 60 por ciento para 2070”, señala a SciDev.Net Minella Martins, ingeniera agrícola del Centro Nacional de Monitoreo y Alerta Temprana de Desastres Naturales de Brasil y autora principal del estudio.