El gas de «efecto invernadero» provoca aludes, inundaciones y sequías en el país con un aumento de 0,5°C de temperatura. Cuáles serán los costos de la transformación energética y tecnológica para detener el calentamiento global.
En el suroeste de la provincia de Buenos Aires el viento vuela los suelos, se pierden centímetros de tierra productiva que vuela hacia el mar. El capital natural se degrada. En el Chaco paraguayo, según un informe de la Asociación Guyra Paraguay, se deforestó 36.355 hectáreas de bosques sólo en el mes de enero de 2015. Paraguay registró el mayor porcentaje, con 52 % de áreas de desmonte, Argentina el 34 % y Bolivia, el 14 %. Argentina deforestó 400 hectáreas por día. A ese ritmo, en menos de dos meses se deforesta una superficie de bosques equivalente a la de la ciudad de Buenos Aires (20.000 ha.).
Según informa el diario Clarín, se pierde el bosque nativo -que se reemplaza por cultivos de tipo industrial-; se pierde la calidad del suelo -e impide la absorción de las lluvias-, aumenta el caudal del río Paraná, -que impacta en la logística agrícola a la vera del río-. No se trata de un fenómeno focalizado en el Chaco-Paraguayo: se calcula que el 47% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de América Latina y el Caribe son producto de la deforestación.