El Boletín de la OMM mostró que la concentración media mundial de dióxido de carbono (CO2) alcanzó las 407,8 partes por millón (ppm) en 2018, tras haber sido de 405,5 ppm en 2017.
Laura Rocha
A una semana de que comience la nueva reunión que definirá los últimos detalles que pondrán en marcha el Acuerdo de París, las emisiones de gases de efecto invernadero marcaron un nuevo récord este año y la brecha para que el planeta pueda detener el calentamiento global en 1.5ºC es cada vez más amplia.
Así lo revelan dos agencias internacionales que dieron a conocer su diagnóstico poco alentador: el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) reveló que para mantener la salud de los corales y de buena parte de la biodiversidad de la Tierra es necesario reducir las emisiones mundiales en un 7,6 por ciento cada año durante la próxima década.
¿Es posible? Expertos y científicos aseguran que sí e incluso que podría ser económicamente viable. Sin embargo, los países, por el momento no parecen seguir esa senda. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los niveles de los gases de efecto invernadero que atrapan el calor en la atmósfera han alcanzado un nuevo récord sin precedentes.
“Esta tendencia continua a largo plazo significa que las generaciones futuras tendrán que hacer frente a unos efectos cada vez más graves del cambio climático, como el aumento de las temperaturas, unos fenómenos meteorológicos más extremos, un mayor estrés hídrico, la subida del nivel del mar y la alteración de los ecosistemas marinos y terrestres.”, explica la agencia.
El Boletín de la OMM sobre los Gases de Efecto Invernadero ha mostrado que la concentración media mundial de dióxido de carbono (CO2) alcanzó las 407,8 partes por millón (ppm) en 2018, tras haber sido de 405,5 ppm en 2017. El incremento de CO2 que se produjo de 2017 a 2018 fue muy similar al observado de 2016 a 2017 y se situó justo por encima de la media del último decenio. Los niveles mundiales de CO2 sobrepasaron el simbólico e importante umbral de 400 partes por millón en 2015. El CO2 permanece en la atmósfera durante siglos y aún más tiempo en los océanos.
El informe anual del PNUMA sobre la brecha de emisiones dice que, incluso si se implementan todos los compromisos incondicionales actuales en virtud del Acuerdo de París, se espera que las temperaturas aumenten en 3,2°C, lo que traerá consigo impactos climáticos de mayor alcance y más destructivos. La ambición colectiva debe multiplicarse por más de cinco con respecto a los niveles actuales para lograr los recortes necesarios en la próxima década para alcanzar el objetivo de 1,5°C.
2020 es un año crítico para la acción climática, con la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático en Glasgow, cuyo objetivo es determinar el curso futuro de los esfuerzos para evitar la crisis, y se espera que los países aumenten significativamente sus compromisos climáticos.
“Nuestra incapacidad colectiva para actuar con prontitud y con firmeza contra el cambio climático significa que ahora debemos reducir drásticamente las emisiones, más del 7% cada año, si lo desglosamos de manera uniforme en el próximo decenio”, dijo Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA. “Esto demuestra que los países simplemente no pueden esperar hasta finales de 2020, cuando se cumplan los nuevos compromisos climáticos, para intensificar la acción. Ellos – y cada ciudad, región, negocio e individuo – necesitan actuar ahora”.
“Necesitamos triunfos rápidos para reducir las emisiones en la medida de lo posible en 2020, y luego Contribuciones Determinadas a nivel Nacional para reactivar las grandes transformaciones de las economías y sociedades. Tenemos que ponernos al día con los años en que los postergamos”, agregó. “Si no lo hacemos, el objetivo de 1,5°C estará fuera de alcance antes de 2030.”