Foto: Jose Gonzalvo Vivas
Durante las negociaciones que se llevarán a cabo próximamente en París, en la COP21, el tema de financiamiento representa uno de los puntos más controversiales. Hay avances que indican que los países tienen claridad sobre la necesidad de un objetivo global en financiamiento. La semana pasada, el Fondo Verde para el clima anunció los primeros ocho proyectos a financiar en los países en desarrollo.
El pasado 6 de noviembre, el comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, sostuvo en una videoconferencia desde Quito (Ecuador), que el tema de financiamiento será uno de los puntos más difíciles de negociar en la COP21, que se desarrollará en menos de 20 días en París. “Combatir el cambio climático es responsabilidad de todos y tener políticas de sostenibilidad permitirá un mejor alcance a la reducción de emisiones de CO2”, indicó.
El financiamiento representa uno de los puntos más álgidos en las negociaciones del evento climático, debido principalmente a que los países en desarrollo solicitan financiación a los desarrollados para poder implementar sus planes de mitigación de emisiones y adaptación al cambio climático. Además existe el componente de “responsabilidad histórica”, por medio del cual se hace hincapié en el trabajo y apoyo que deben de realizar los países “generadores” de la mayor cantidad de Gases de Efecto Invernadero (GEI), y por lo tanto creadores directos del cambio climático.
Marcela Jaramillo, asesora política en E3G conversó con ConexiónCOP y sostuvo al igual que Arias Cañete, que es importante hablar de la responsabilidad de todos y de cada uno para construir un futuro próspero.
“Los líderes de los países en desarrollo deben de tomar las decisiones oportunas e inteligentes para asegurar el bienestar de todos sus ciudadanos, por lo que es importante que ellos también tomen medidas en cuanto a la alineación de las políticas de crecimiento con rutas de desarrollo sostenible, bajo en carbono y resiliente al cambio climático, y a su vez asegurar recursos económicos”, indicó.
Andrea Rodríguez, abogada de Programa de Cambio Climático de la Asociación Interamericana para la Defensa del Medio Ambiente (AIDA) sostuvo que el financiamiento es y será el catalizador de los compromisos. “Es el instrumento necesario que permitirá que los países se comprometan a tomar acción contra el cambio climático y realizará los planes necesarios requeridos para combatirlo”, indicó a ConexiónCOP.
Al tener cada país una realidad distinta, las decisiones de inversión se ven reflejadas de acuerdo a cada economía. Por ejemplo en el financiamiento de los países en desarrollo, tiene al sector agroalimentario como uno de los más importantes. Deissy Martínez, coordinadora científica del Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) en América Latina explicó que las acciones en esa área deberían enfocare en los tres pilares de la agricultura sostenible adaptada al clima, que son: adaptación, mitigación y productividad, de manera que se aprovechen las sinergias, y se garantice mayor seguridad alimentaria.
“El reto no es sólo reducir emisiones para mitigar el impacto del cambio climático si no hacer que bajo los escenarios de cambio climático ya existentes, la humanidad pueda sobrevivir a pesar de su crecimiento y para esto es vital invertir en el campo”, indicó.
Paola Alfaro, gerente sénior de políticas en World Wildlife Fund (WWF), sostuvo a ConexiónCOP, que bajo el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y tomando en consideración las capacidades de los países, hay una obligación de los países desarrollados para apoyar el financiamiento a las naciones en vías de desarrollo, tanto para incrementar sus metas de mitigación como para adaptarse al cambio climático.
“Muchos países han presentado metas de reducción condicionadas a la ayuda internacional, las cuales no se concretarían sin el financiamiento prometido. No menos importante además es el financiamiento requerido para adaptación, ya que el cambio climático va a ocasionar grandes pérdidas a los países más pobres y muchos de los daños serán irreversibles. Estas naciones no tienen los medios para prepararse ante el nuevo escenario climático por sí solos, por lo que la vida de muchas personas está en juego”, explicó Alfaro.
El Fondo Verde para el Clima (FVC) nace con la intención de dar soporte a los proyectos, programas, políticas y otras actividades en los países en desarrollo, a través de diferentes temáticas preestablecidas. Para asegurar que habrá financiación a largo plazo, los países desarrollados se comprometieron a aportar 100 mil millones de dólares anuales para el 2020, tanto de fuentes privadas como públicas. A pesar de que es necesaria mayor información, la semana pasada el FVC anunció la financiación de los ocho primeros proyectos para ayudar a los países en desarrollo en su lucha contra el cambio climático.
Marcela Jaramillo sostuvo que el financiamiento internacional asociado al FVC es realmente pequeño, comparado al desafío de transformar las economías.
“Por ahora se habla de 100 mil millones de dólares, pero por ejemplo el reporte de New Climate Economy explica que son necesarios trillones, por lo tanto este financiamiento debe de ser usado de forma muy estratégica para re- direccionar todo tipo de inversiones públicas y privadas, alejadas al alto carbono”, indicó.
Al ser el cambio climático, un problema global, se requieren acciones conjuntas a nivel mundial. Ante ello cada Contribución Nacional Determinada (INDC, por sus siglas en inglés) es un factor importante para la lucha global, del mismo modo el trabajo del FVC será determinante. El camino para combatir el cambio climático es largo, y requiere de la participación del sector empresarial y cada individuo en el planeta.
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