Pedro Sánchez, inaugura la Cumbre del Clima frente a cientos de negociadores y políticos | El secretario general de la ONU pidió «más ambición» contra el cambio climático.
Como un laberinto gigante donde los ratones de laboratorio buscan su queso, los participantes de la Cumbre de Clima transitan los largos espacios de cuatro pabellones del recinto ferial de Ifema dominados por la moqueta gris. El cielo es negro y de lata. Como en el bar de Star Wars, pero sin banda de jazz, se mezclan acentos e idiomas según los grupos, mientras se desplazan de una sala a otra. «El mundo esta unido por el planeta», dirá más tarde el secretario general de la ONU, António Guterres, en la apertura de esta ‘Conferencia de las Partes’ número 25 (COP25). Entre los asistentes predomina el traje oscuro, unos pocos adornados con motivos tribales, y sólo algunos vestidos se atreven con el amarillo o el naranja.
De mujeres irá el discurso del presidente Pedro Sánchez en primer término durante el acto de inauguración oficial de la cumbre del clima. Para hablar de la «doble paradoja» de un mundo construido a espaldas de las mujeres y de los científicos, Sánchez recordó a una científica que avanzó hace más de siglo y medio que la temperatura del planeta aumentaría si se contaminaba con dióxido de carbono. «Mujer y medio ambiente, medio ambiente y mujer», recalcó en su discurso de inauguración de una cita que significará «un antes y un después».
En un «diálogo de entre países unidos ante un enemigo común a la humanidad», en el que participan «1.500 colectivos, cientos de empresas y millones de voces de jóvenes que se niegan a callar ante la creciente degradación del planeta», según enumera Sánchez. «Por fortuna, ya sólo un puñado de fanáticos niegan la emergencia climática».
En sintonía con Guterres, el presidente español incidió en un tercer punto: la transición justa. «O marcamos un punto de inflexión o dejaremos arás el punto de no retorno», sostuvo Sánchez, que habló después de un vídeo del presidente chileno Sebastián Piñera, que grabó en un verde jardín y empezó con la defensa de la represión a las manifestaciones que suceden en el país que renunció a ser la sede de la cita ambiental. «Nadie puede retraerse del desafío» dijo Sánchez al referirse a «un nuevo multilateralismo», más «audaz». «Para una descarbonización ordenada, justa y eficiente. España está lista. Vamos a aumentar el ritmo de reducción de emisiones».
Entre los asistentes estaban Pablo Casado, que minutos salía por la puerta lateral de la sala donde se realizaba la «plegaria», o Pablo Iglesias, que antes se dejaba entrevistar por el programa de Ana Rosa, mientras Juan López de Uralde, exlíder de Equo, se colocaba convenientemente dentro de plano. La primera personalidad española en llegar al foro fue Rafael Simancas, que esperó calmado a que la seguridad de la ONU, guardias de celeste uniforme, permitieran pasar al salón.
«No puede haber perdedores en esta transición ecológica. Debe ser palanca de cambio contra la desigualdad», prosiguió Sánchez, que finalizó con una exhortación, la de poder decir a las generaciones futuras que esta vez «la humanidad estuvo a la altura». Un final otra vez en la línea del de Guterres, quizás más vehemente: «¿Hemos escogido el camino de la esperanza o de la rendición? No hay tiempo para la demora, y hacer menos sería una traición a toda la familia humana»
Al terminar, los cientos de participantes, identificados por colores en sus acreditaciones, se disolvieron en los 100.000 metros cuadrados reservados en Ifema, colonizado por expositores de países como Reino Unido, Qatar, India o Brasil, y entidades multilaterales económicas y sociales. Los más afortunados tenían acceso a la zona VIP, al fondo a la izquierda y bien custodiada. Un paseo salpicado por esculturas de dos manos blanquísimas que tocan diferentes lienzos, según la «instalación» decidida por el artista Lorenzo Quinn, sobre la «emergencia global».
Durante el acto de inauguración, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también urgió a todos los países a tener más «ambición» para recortar las emisiones contaminantes en un «momento crítico» para combatir el cambio climático.
En su intervención en la inauguración de la cumbre COP25 en Madrid, Guterres afirmó que hace falta tomar «ya» decisiones importantes para limitar las emisiones causantes del efecto invernadero.
También advirtió de que los indicios del cambio climático son «inconfundibles», como que los últimos cinco años fueron los más cálidos a nivel global desde que hay registros o que la concentración de CO2 en la atmósfera alcanzó un récord histórico, según divulgó la pasada la Organización Meteorológica Internacional.