Los glaciares andinos son sensibles a la variación de la temperatura superficial del Pacífico (fenómenos El Niño/La Niña) y a flujos húmedos del Atlántico (monzón amazónico).
En cinco años el hielo del nevado Carihuairazo -provincia de Chimborazo (Ecuador)- desaparecería totalmente por el cambio climático al que está sometido el planeta en general. La extensión de este glaciar es de 0,2 km2. Es una conclusión preliminar a la que llegó Bolívar Cáceres, responsable del programa Glaciares Ecuador, del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi). El estudio es parte del Proyecto Regional Monitoreo de Glaciares Tropicales Andinos en un contexto de Cambio Climático, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El glaciar Carihuairazo ha sido observado de manera continua en el programa Glaciares Ecuador, desde 2003. “Estamos documentando su desaparición. Estimamos que ocurriría en cinco años (si continúa el actual ritmo de derretimiento), lo que evidencia los cambios en el clima andino en estas dos últimas décadas”. Esta desaparición provocaría a su vez alteraciones en el ecosistema, sobre todo en el páramo. Por este motivo, el Ministerio del Ambiente (MAE) realiza investigaciones para que el impacto sea mínimo en el área protegida de la Reserva de Producción Faunística Chimborazo. Hasta el momento existe un programa de conservación que impulsa el MAE, pues en ese espacio viven (según el libro Áreas Naturales Protegidas Ecuador) 38 pequeñas comunidades indígenas y campesinas que se dedican a cultivar papas, habas, cebada y allí pastan animales en las partes altas. Este nevado, al igual que el Chimborazo, es un resorvorio de agua en estado sólido, importante para el abastecimiento de los seres humanos, animales y la agricultura.