Científicos de la Universidad de Barcelona lideran un estudio que demuestra que el calentamiento global hará que la extensión de las zonas quemadas por los incendios forestales en la Europa mediterránea aumente.
Un estudio internacional publicado en la revista Nature Communications, dirigido por investigadores de la Universidad de Barcelona (UB), muestra que el calentamiento antropogénico aumentará la extensión del área quemada por los incendios en la Europa mediterránea, y que se podría reducir este crecimiento si el calentamiento global se limita a 1,5 ºC. Cuanto más alto sea el nivel de calentamiento, mayor será el riesgo.
«Para llegar a esta conclusión, hemos combinado proyecciones climáticas regionales con modelos empíricos que vinculan el área quemada durante el verano con factores climáticos clave», explica Marco Turco, investigador de la UB y primer autor del estudio.
«Estos resultados refuerzan la declaración del Acuerdo de París (2015), que apunta que limitar el aumento de la temperatura a 1,5 ºC podría reducir de forma significativa los riesgos y los impactos del cambio climático», concluye el investigador.
Las temporadas de incendios durante 2017 y 2018 han sido notablemente agudas en algunas regiones de Europa, con grandes incendios forestales en Grecia, Portugal y Suecia que han sido relacionados con sequías y olas de calor intensas. Estos fuegos han provocado pérdidas económicas, ecológicas e incluso víctimas mortales.
Marco Turco y su equipo han utilizado un conjunto de modelos climáticos regionales para prever las áreas quemadas en la Europa mediterránea, teniendo en cuenta cómo la relación entre la vegetación y el fuego cambiará en distintos escenarios debido a diversos factores,como las sequías, por ejemplo.
Más incendios más recursos para paliarlos
Los autores estiman que, con un calentamiento global de 1,5°C, el área quemada todavía podría crecer un 40 % con respecto a las estimaciones que no consideran el calentamiento futuro (sobre todo, en la península ibérica). Si el calentamiento es de 3 °C, este aumento sería del 100 %.
«Estos resultados, combinados con el aumento de la exposición social a grandes incendios durante los últimos años, sugieren que es necesario revisar las estrategias de gestión actuales. Los efectos del cambio climático podrían superar los esfuerzos de prevención de incendios, y por tanto, en un futuro próximo se necesitarán más recursos para gestionar este problema», explica Marco Turco, investigador del Grupo de Análisis de Situaciones Meteorológicas Adversas (GAMA) de la Universidad de Barcelona, liderado por María del Carme Llasat, profesora del Departamento de Física Aplicada de la UB.
En este sentido, el desarrollo de modelos clima-incendios es crucial para identificar acciones clave. En concreto, combinados con las predicciones climáticas estacionales, ofrecen una oportunidad poco explotada para prever y, por tanto, reducir el impacto de los fuegos en condiciones climáticas adversas.