Luchar contra los problemas climáticos crearía millones de empleos, aumentaría el PIB y limpiaría el aire.
Lo denuncia la joven activista Greta Thunberg y los datos económicos le dan la razón: la inacción frente al cambio climático es “el mayor fracaso de la historia”. Se calcula que ignorar el problema tiene un precio muy alto, estimado en una reducción del PIB per cápita mundial del 30%, en el año 2100, según el Centro para la Acción Climática de Boston Consulting Group (BCG). Un coste muy superior al que tendría hacerle frente, señala un reciente estudio de la consultora.
¿Quién debe dar el paso? “Es un problema sistémico, así que afecta y es asunto de todos; debemos afrontarlo todos los actores y hemos de hacerlo al unísono”, advierte Ana García, presidenta de la comisión de Economía y Sostenibilidad del Col·legi d’Economistes de Catalunya. García se refiere tanto a los gobiernos como a las empresas, inversores y al conjunto de la ciudadanía.
Al menos 112 países, que representan el 53% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, se han comprometido a actualizar sus planes para luchar contra el calentamiento global para el año 2020. No están en este grupo, sin embargo, algunas de las grandes potencias. El anuncio, realizado a medianos de septiembre, coincide con la publicación de un informe de las Naciones Unidas que advierte que los países deben intensificar sus esfuerzos o, de lo contrario, la inacción climática provocará un aumento de las temperaturas de al menos 3ºC para el año 2030 respecto a las de la época preindustrial.
Según el informe de BCG, la mayoría de los países ya pueden cumplir con alrededor del 80% de las exigencias del Acuerdo de París sin necesidad de recurrir a tecnologías no maduras o aún no desarrolladas. El impacto económico que supondría cumplir con este objetivo de reducción de las emisiones de CO2 se traduciría incluso en un aumento del PIB, en algunos casos, de alrededor del 1% en el año 2050. Basándose en este impacto económico positivo, los autores del estudio también exhortan a los gobiernos, las compañías y los inversores a que intensifiquen sus esfuerzos.