Los ecosistemas marinos -como manglares, praderas submarinas y marismas- secuestran grandes cantidades de carbono atmosférico.
Los países y poblaciones que adecúen sus políticas a conservar los ecosistemas marinos ayudarán de forma efectiva a combatir los efectos del cambio climático, dijeron representantes del proyecto internacional Bosques Azules, que promueve esta premisa.
La iniciativa busca recopilar datos científicos, involucrar diferentes actores y examinar políticas oficiales para alcanzar resultados favorables a los “servicios ecosistémicos” que prestan manglares, marismas, humedales, entre otros, sostuvo Steven Lutz, coordinador del programa Carbono Azul del centro noruego GRID-Arendal.
Hasta ahora Ecuador, Indonesia, Madagascar, Kenia y Mozambique participan en el proyecto, que reconoce como estratégico el poder de los océanos para almacenar hasta cincuenta veces más dióxido de carbono (CO2) que la atmósfera.
El coordinador explicó que los científicos que forman parte de la iniciativa dan a conocer a las poblaciones que viven en zonas costeras los diversos servicios que proveen estos ecosistemas, como la captura del CO2, alimentos y trabajo.
Lutz reconoció que la denominación internacional de sitio Ramsar para la conservación y el uso racional de los humedales contribuye a que se reconozca el valor de estos bosques azules o ambientes marinos.
La representante del ONU Medio Ambiente para la grupo de trabajo de Aguas Internacionales, Isabelle Vanderbeck, manifestó que el proyecto se enfoca en diferentes niveles, de lo local a lo global, para que se reconozca la importancia del concepto de carbono azul, aquel el que capturan los ecosistemas marinos.