China necesitará generar entre 800 y 1.000 gigavatios adicionales procedentes de combustibles no fósiles en los próximos 15 años, y espera que la energía nuclear ayude a conseguir esa meta.
El compromiso de China de lograr que en 2030 un 20% de su energía proceda de fuentes limpias supone todo un desafío para un país inmenso que ha tirado del carbón durante décadas. La principal apuesta de las autoridades para cumplir el objetivo recientemente adquirido es la energía nuclear: el país cuenta actualmente con 21 reactores y tiene previsto construir 28 más con el objetivo de incrementar la generación de energía nuclear de 19,1 gigavatios anuales a 58 gigavatios —el triple— en seis años.
Según reporta El País, la decisión de apostar por la energía atómica es firme tras años en que China ha pagado las consecuencias de un crecimiento incontrolado y medioambientalmente insostenible. Las necesidades energéticas de China seguirán creciendo en los próximos años, pero la opinión pública y los compromisos adquiridos con la comunidad internacional para frenar el cambio climático impiden que el país siga basando su crecimiento en los combustibles fósiles.