Steven Stone, jefe de la Sección de Economía y Comercio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), explicó a ConexiónCOP que América Latina tiene un enorme potencial para despuntar en este tipo de economías. Para lograrlo, las naciones deben luchar contra la informalidad y aprovechar la ola de innovación.
“Los empleos verdes corrigen los problemas ambientales que existen actualmente y en Latinoamérica hay suficientes recursos para el despunte de las pequeñas economías alineadas al cuidado del planeta”, subrayó.
Durante su exposición comentaba que el trabajo decente debe ser el catalizador entre el ambiente y la gente. ¿Cómo generar esos trabajos?
Primero hay que establecer que un empleo decente está relacionado directamente con una remuneración digna. El segundo punto son las condiciones de trabajo, porque algunas personas continúan en una situación de explotación, trabajan a la fuerza y sin que se tenga respeto a los derechos ni a las condiciones mínimas de las poblaciones. La mitad de la población mundial está trabajando de manera informal. Eso significa muchas pequeñas y medianas empresas. Entonces, se requiere mejorar las condiciones para crecer y desarrollar. Por ejemplo, generando créditos y microcréditos, impulsando el acceso a financiamiento y a mercados, mejorando la capacitación y desarrollando destrezas para estimular a los microempresarios. Para generar trabajos decentes es importante que las autoridades públicas formalicen a estos trabajadores.
¿Lo ideal sería tener empleos verdes que a su vez respeten los derechos de las personas?
Sí. Lo normal debe ser trabajar en empleos verdes porque el planeta y nuestras sociedades no aguantan más una economía sucia. En el futuro, todos los empleos deben ser verde, sin excepción, pero lo que sucede hoy es que nuestra estructura económica está asociada a la contaminación del aire, del agua y de la tierra. Entonces, mientras no se corrija esa disfuncionalidad, los empleos verdes serán una proporción pequeña en la economía mundial. Además, un planeta saludable está muy ligado a la salud humana pues todos los químicos que se utilizan en los cultivos terminan en el cuerpo y nos afectarán no necesariamente ahora, pero sí en 5 o 10 años.
¿Cómo se generan empleos verdes y decentes en Latinoamérica, una región donde gran parte de su población trabaja en la informalidad?
Hablemos, por ejemplo, de Perú, un país con una economía espectacular, que crece sola pero que, al ser muy dinámica, tiene un gran sector informal. El país necesita formalizarse pero no imponiendo más reglas, estándares o normas, sino reforzando la capacidad empresarial, de producción y de calidad. Perú es un país muy rico, aunque hay mucha pobreza. Sus recursos naturales son el motor del desarrollo económico, pero la riqueza no es repartida de la misma manera. Hay que invertirla en mejorar la salud y la educación para tener personas capacitadas y listas para desarrollarse.
¿Cómo afecta el cambio climático la productividad actual y cómo será afectada en el futuro ante los nuevos escenarios climáticos?
La afectación de la productividad como consecuencia del cambio climático es un tema urgente. Por el calentamiento global se generan lluvias más intensas y en algunos países, así como en los Andes, los glaciares se están descongelando. En Ecuador, por ejemplo, muchas comunidades dependen de los glaciares para acceder a agua potable. Los impactos del cambio climático son un reto porque se impondrán más variaciones climáticas y, con ello, más riesgo para los países. Todas las naciones deben enfrentar el cambio climático y el Fondo Verde para el Clima debe suministrar financiamiento para los países en vías de desarrollo, especialmente en aquellos más pobres y que requieren invertir en su gente, en sus capacidades y en infraestructura.
¿La próxima entrada en vigor del Acuerdo de París será un catalizador de empleos verdes y el camino hacia una economía verde?
En la actualidad la innovación tecnológica tiene una estructura muy vertical. Tomemos nuevamente como ejemplo a Perú, cuyos productos pueden ser ensamblados en China y vendidos en Estados Unidos, pues estamos en una cadena de valor globalizada. El reto, creo, es posicionarse para que los países generen empleos frente al Acuerdo de París, y cada nación tiene que reflexionar sobre eso.
¿El cambio climático traerá nuevas oportunidades laborales?
Tenemos un dicho en inglés que dice: «La necesidad es la madre de la innovación». Es lo que debemos aplicar ahora porque el mundo se encuentra en una etapa de necesidad: el clima está cambiando y los recursos escasean cada vez más. Entonces, tenemos que innovar. Los países deben hacerlo en base a sus conocimientos locales, en el valor agregado de sus productos y, en paralelo, dejando de exportar componentes primarios. Considero, por ello, que la Alianza del Pacífico entre Chile, Perú y Colombia es muy interesante porque trabaja en los mercados externos con innovación interna.
¿Hacia qué sectores estarán enfocados los empleos verdes en el futuro?
En todos los sectores que tienen que ver con la mejora de la calidad del ambiente y del ser humano. Se crearán empleos en agricultura para tener productos saludables; en el suministro de agua habrá nuevas oportunidades para tener el recurso más limpio; en el control de la contaminación vehicular, para tener un aire limpio. Además, en el futuro se crearán servicios. Por ejemplo, en Costa Rica, que tiene poca inversión en el sector militar, han optado por destinar dinero a su población y, entre otros, han logrado que la tasa de alfabetismo sea muy alta, que la población esté muy bien capacitada y que se innove continuamente. En el futuro las ideas y no los materiales servirán para crear nuevos espacios de trabajo. Veremos nuevos usos para el petróleo y la riqueza ya no residirá en “dominar» ese mercado: estará, posiblemente, en convertir el petróleo en nuevos materiales cuyos usos no podemos imaginar hoy.