Foto: Flickr Paolo Mutti
22 estudiantes se encargarán de recopilar datos básicos sobre los flujos de agua dulce, las emisiones de dióxido de carbono y metano y la composición del plancton.
Una expedición internacional, en la que participan entre otros una estudiante de origen boliviano, recogerá durante las próximas semanas información en el Ártico para entender mejor los efectos del cambio climático.
El equipo, que cuenta con 22 estudiantes universitarios, recorrerá del 23 de agosto al 13 de septiembre el pasaje del noroeste en el Ártico canadiense, para recopilar datos básicos sobre los flujos de agua dulce, las emisiones de dióxido de carbono y metano y la composición del plancton.
Una de las participantes que viajará en el navío «Akademik Ioffe» es la boliviana Ericka Schulze, estudiante de Ciencia Medioambiental de la Universidad de Virginia Commonwealth de Estados Unidos.
Schulze, que nació en Bolivia y se trasladó a Estados Unidos cuando tenía 4 años, será una de las encargadas del estudio de los microbios y otros microorganismos que forman el plancton, el eslabón primario de la cadena de alimentación marina.
«No hay mucha información sobre el Ártico y quería entenderlo por mí misma. Mi trabajo consistirá en estudiar los microorganismos y cómo el cambio climático los afectará en el futuro», explicó a Efe la estudiante de 21 años de edad.
Schulze reconoció que ha crecido en un entorno familiar donde existía una «conciencia medioambiental», que se reafirmó cuando empezó a viajar a Bolivia para visitar a su familia.
«Me impactó mucho ver que en Bolivia hay muchas familias que solo tienen agua una o dos veces al día, especialmente viniendo de un país como EE.UU., donde tenemos el privilegio de ni siquiera saber lo que no es tener agua. Definitivamente formó mis ideas a la hora de ser medioambientalmente consciente», declaró.
El doctor de la Universidad de Rhode Island Brice Loose, director científico de la expedición, apuntó a Efe que el trabajo de Schulze se enmarca en una de las cuatro áreas de investigación que utilizarán las últimas tecnologías para obtener información de base sobre la situación del Ártico.
La falta de datos de base es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la comunidad científica para entender los cambios que está experimentando la región ártica, una de las más sensibles del mundo al calentamiento global.
Loose citó como ejemplo el caso del estudio de los microorganismos del plancton, ya que las muestras más antiguas que se conservan datan de hace solo 35 años.
«Sabemos tan poco del Ártico que no tenemos un mapa completo de cómo los organismos en estas comunidades están distribuidos en el Ártico», dijo.
Además del estudio del plancton, la expedición tomará notas sobre las emisiones de gases que originan el efecto invernadero, la fisiología oceanográfica (como la salinidad y los flujos de agua dulce por la desaparición de los glaciares) y la población de mamíferos marinos y aves.
Una de las novedades de la expedición, en la que también toma parte el profesor español Miquel González Meler, docente de la Universidad de Illinois en Chicago (EE.UU.), es que los investigadores mantendrán conexiones en vivo, a través de internet, con el público de todo el mundo.
González Meler señaló a Efe que «el Ártico es muy sensible a los cambios climáticos. Es un sistema que está limitado por la baja temperatura, tanto en su productividad como en su funcionamiento, y es el anticipo de lo que puede pasar en el resto del planeta».
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