El aumento de temperatura provoca que los pescadores groenlandeses atrapen una mayor cantidad de caballas y atunes rojos.
Groenlandia, víctima del cambio climático, quiere sacar provecho a corto plazo de los cambios en su ecosistema provocados por el aumento de las temperaturas, para así impulsar su agricultura, su pesca y sus exportaciones.
Este inmenso territorio sufre directamente el deshielo de los glaciares árticos, observable a simple vista. Las imágenes de satélite muestran que el casquete glaciar, que representa entre el 6% y el 7% de los recursos de agua dulce del planeta y cubre cuatro quintas partes de la isla, se reduce casi 200 km3 (200 gigatoneladas) cada año.
Entre el 2003 y el 2010, los glaciares, cuya desaparición contribuye peligrosamente a la subida del nivel de los océanos, se derritieron dos veces más rápido que durante todo el siglo XX, según investigaciones europeas y canadienses publicadas en la revista científica «Nature».