En la COP20 se logró lo que se buscaba: un borrador consensuado entre los países para apostar por un exitoso proceso de negociación en la COP21. ¿Pero qué falta realmente para que ello ocurra?
A seis días del término de la COP20, vale la pena hacer un recuento de los principales acuerdos a los que llegaron las 195 naciones y, sobre todo, el camino a seguir hasta la COP21 que se celebrará en París el año que vine.
A pesar de que existen opiniones encontradas sobre los logros de esta conferencia, es innegable que se consiguió lo que se buscaba: obtener un borrador de acuerdos consensuados que funcionarán como base para la COP21, en la que se espera llegar a un nuevo acuerdo climático que permita disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Como el propio presidente de la COP20, Manuel Pulgar Vidal, dijo: «El proceso está encaminado y el Perú y el mundo están satisfechos».
Este análisis sobre los acuerdos que se lograron en Lima, publicado en el diario La Razón de Bolivia, destaca que China, pese a ser uno de los mayores emisores de GEI, no ha precisado aún la reducción a la que pretende llegar. Precisamente, el portal Efe Verde da cuenta que China considera «relativamente equilibrado» el acuerdo al que se llegó en la COP20, pero reconoce que es un avance positivo en el que se han colocado las piezas para el éxito de París.
Esa es la clave. Como lo subraya una nota del diario español El País, en París se debe de firmar un nuevo pacto global para substituir al Protocolo de Kioto y el trabajo que se realizó en Lima, en el que las negociaciones chocaron una y otra vez entre las naciones desarrolladas y las en desarrollo, obliga a las Partes a seguir trabajando durante el próximo año para lograr acuerdos importantes e históricos en la COP21.
Según Semana Económica, uno de los mayores logros de la COP20 fue que el Fondo Verde para el Clima logró reunir más de 10 mil millones de dólares. En total, los aportes suman 10.200 millones de dólares, en el que destacan las contribuciones de Perú, Colombia, Noruega, Bélgica y Austria.
Algunos puntos del borrador
Por otro lado, los acuerdos de la COP20 han sido criticados por diversas instituciones. El diario británico The Guardian explica que el acuerdo en Lima crea obligaciones a los países, pero no menciona distinción entre los países desarrollados y los países en desarrollo y tampoco indica la manera en que los países acordarán sus contribuciones nacionalmente determinadas (INDC, por sus siglas en inglés), con lo cual adelanta, según este medio, “se espera una gran batalla en París”.
Otro de los aparentes puntos débiles del texto es el que hace referencia al tema de adaptación al cambio climático, que es la gran lucha de los países más vulnerables. El portal Scidev.Net entrevistó a Ilan Kelman, experto en reducción de riesgos y cambio climático, quien sostiene que es necesario mucho más apoyo para la adaptación de abajo hacia arriba en los términos propios de las comunidades, pero con el apoyo que están solicitando.
En el otro lado, Andrew C. Revkin, del diario estadounidense The New York Times, cita al analista en energías renovables Richard Ottinger, quien sostiene, sobre la COP20, que es alentador ver a las partes llegar a un compromiso que permite al mundo un nuevo camino hacia la reducción de gases de efecto invernadero esenciales para evitar las consecuencias catastróficas pronosticadas por el IPCC. Sin embargo, en su análisis, Revkin refiere también que la gran deficiencia del borrador de acuerdos es la falta de unidad sobre el monitoreo, reporte y verificación de los compromisos que se harán en París.
El principio de “las responsabilidades comunes pero diferenciadas” fue también uno de los grandes pedidos de los países en vías de desarrollo, pero como indica el portal Rfi: «Al final, en el texto aprobado en Lima se indica el compromiso de alcanzar el año 2015 un acuerdo en el cual ‘se refleje’ el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas».
Según indica Impactony, en el «Llamado de Lima para la Acción Climática” todos los países se comprometen a presentar a las Naciones Unidas, antes del 1 de octubre del 2015, compromisos “cuantificables” de reducción de gases de efecto invernadero de una manera “clara, transparente y entendible por todos”.
Son, sin duda, varias tareas que deberán de terminar de negociarse durante el 2015 para llegar a la COP21 con los puntos claros.