El Centro de Investigaciones Vitivinícolas detecta un considerable aumento en la graduación alcohólica de los caldos por la subida de temperaturas.
No es solo una ola de calor más; es la confirmación de una tendencia. No supone solo que haya que encender el aire acondicionado, refrescarse en la playa o tomar precauciones extra; es que algo mucho más grave y grande está cambiando. El cambio climático ya está aquí. Y no es una aseveración tremendista, es la realidad que día a día constatan muchos indicadores.
Uno de ellos, es además una de las fuentes de riqueza más destacadas de España: el vino. Y es que las bodegas ven preocupadas cómo el cambio climático está originando importantes alteraciones en los vinos que solo se podrán salvar con investigación y la aplicación de nuevas tecnologías. Carmelo García lo sabe bien. Catedrático de la Universidad de Cádiz y responsable del Centro Andaluz de Investigaciones Vitivinícolas de la UCA y la Junta, lleva años enfrascado en la investigación de vías que salven a la uva gaditana del grave problema motivado por el aumento de las temperaturas.