El meteorólogo chileno Jorge Carrasco participó en la elaboración del Quinto Informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). En esta entrevista con ConexiónCop da luces sobre las implicancias del calentamiento global en Latinoamérica y las zonas más vulnerables de la región.
Entrevista de Pilar Celi Frías (@pilicefri)
Cinco años de arduo trabajo fueron los que necesitó el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) para presentar su Quinto Informe de Evaluación, que recoge estudios de científicos de todas las áreas y de diversas partes del mundo y con el cual se ha llegado a una dramática conclusión final: el cambio climático es una realidad y el 95% de responsabilidad se le atribuye al hombre. «Entre más tardemos en ponernos de acuerdo en lograr un acuerdo global para hacerle frente al calentamiento global, mayores serán las consecuencias para el planeta», sostiene Jorge Carrasco, científico chileno y uno de los responsables del informe en diálogo con ConexiónCOP.
Lea aquí la síntesis del Quinto Informe de Evaluación del IPCC
Usted participó en la elaboración del Cuarto y Quinto Informe del IPCC. ¿Cuál es la principal diferencia que encuentra entre ambos?
En el Quinto Informe no se dice nada nuevo, porque recoge todo lo que se ha escrito sobre el cambio climático en los últimos seis años. Es la recopilación de estudios de científicos de todas partes del mundo. Sin embargo, el informe aumenta la certeza de la responsabilidad antropogénica, que antes era del 90%: hoy hablamos del 95% de responsabilidad directa del ser humano en el cambio climático.
¿Cuáles son los datos más resaltantes del Quinto informe del IPCC?
Es sumamente cierto que el cambio climático y el aumento en la temperatura son una realidad. Hay impactos que hoy ya se están observando y ocurren de la última mitad del siglo XX hacia adelante. Existe un aumento de la temperatura y, sobre todo, el aumento del dióxido de carbono. Los gases de efecto invernadero (GEI) no tienen precedente. En los últimos 800 mil años no hay antecedente de esa concentración de gases en la historia y es consecuencia de la actividad industrial. Ya no hay duda alguna de que sea así.
¿Y cuál sería la implicancia de Latinoamérica en este informe?
Lo principal que debemos de entender es que Latinoamérica no está separada del mundo. Por lo tanto, las consecuencias del cambio climático la afectarán y en distintas dimensiones. En general el aumento de temperatura implica, por ejemplo, un cambio en el régimen pluviométrico, es decir, en las precipitaciones. En algunas regiones podrán aumentar y en otras, disminuir. Además, en algunas partes, como en el Altiplano, y podría haber un aumento de ellas, principalmente en verano. Eso significa un poco el régimen monzónico de verano que ocurre en América del Sur al oeste de Brasil, al norte de Bolivia y al noroeste de Argentina. Estas se verían aumentadas en un futuro y ello obviamente trae efectos en la hidrología de las distintas áreas que justamente reciben esas aguas. Hay otras regiones en las que habría una disminución. Por ejemplo, en la zona centro sur de Chile se esperaría una disminución en 20% o 30% de las precipitaciones respecto a lo que hay en este momento. En general, en distintas partes de la región latinoamericana las precipitaciones cambiarían y así también la disponibilidad de agua no solo para el ser humano, sino también para la vegetación y la vida animal.
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Por otra parte, el aumento de la temperatura está ocurriendo también en los océanos. Por el incremento de carbono el pH (medida de acidez o alcalinidad de una disolución)se vuelve más ácido y tiene impactos sobre la vida de los océanos y mares. Habrá, por ello, consecuencias en la industria pesquera; por ejemplo: se espera que el nivel del mar siga subiendo hasta 60 centímetros hacia finales del siglo XXI, algo que podría parecer poco, pero que afectará a algunas ciudades. Todos los países de Latinoamérica se consideran vulnerables al cambio climático y podrían tener mayor impacto por su propia naturaleza.
LOS MÁS AFECTADOS POR EL CAMBIO CLIMÁTICO
¿Cuáles serían los países latinoamericanos más afectados por el cambio climático?
Los más afectados no solo en Latinoamérica, sino en todo el mundo, son las comunidades más pobres, las que tienen menos recursos para prepararse y adaptarse a los cambios climáticos. Hoy, por ejemplo, los sectores de Brasil, Ecuador, Bolivia que están expuestos a grandes inundaciones, pueden estar expuestos en el futuro incluso a peores situaciones vividas en la actualidad. Esas comunidades están en lugares totalmente vulnerables y difícilmente pueden trasladarse, es casi imposible. Las comunidades ya están percibiendo consecuencias, como intensas inundaciones y sequías prolongadas. Esos eventos van a continuar y serán más severos. Los más vulnerables son los más pobres por un tema de adaptación al cambio climático, y va a costar mucho más hacer los cambios necesarios para la adaptación.
Ya que menciona el tema de la adaptación, ¿cómo debería de ver Latinoamérica este tema?
Es importante reconocer que las proyecciones que hoy se hacen, si bien es cierto que están basadas en modelos, son la mejor herramienta con la que cuenta la comunidad científica. Bajo esa perspectiva, los países tienen que empezar a tomar decisiones de políticas públicas de largo plazo. Si sabemos que al sur y centro de Chile las precipitaciones van a disminuir dentro de 15 o 20 años, habrá menor cantidad de agua para las actividades humanas y para el mismo consumo, no podríamos esperar que suceda para tomar medidas: como Estado debo hacer una proyección y ver de dónde sacaré el agua para proveer a la población. En general, cada país sabe o puede preguntarle a su comunidad científica qué se puede presentar y, a partir de ahí, tomar medidas.
¿Y en el tema de la mitigación?
Debemos tener claro que, como país e incluso como persona, puedo contribuir a emitir menos GEI. Es cierto que las consecuencias que hoy vivimos son el resultado del gran desarrollo que tuvieron los países, ellos son los principales contribuyentes en el pasado de los GEI y las consecuencias del cambio climático, pero también hay que reconocer que en la actualidad nosotros, como países en desarrollo, estamos aumentando nuestras emisiones y, por lo tanto, estamos sumando al problema. Podemos contribuir a disminuir los GEI y, en ese sentido, entre más tarde empecemos a generar políticas públicas que nos lleven a tener menores emisiones, mayor será el costo de tratar el problema. Debemos de ser más eficientes en el consumo energético, en el uso de la energía, en optar por las energías renovables y disminuir todo lo que provenga del uso de combustibles fósiles.
Hoy es más fácil y más barato producir energía a partir del petróleo, pero lo que hoy es barato mañana será mucho más caro. Pensemos en ir renovando hoy y no dentro de 20 o 30 años porque será más difícil cuando todo el mundo trate de hacerlo. Entre más tarde se empiecen a tomar medidas de mitigación, será más caro hacerlo de manera gradual.
¿Podríamos decir que el futuro del planeta es apostar por las energías renovables?
Hay una propuesta, que vio la luz hace seis años, de tratar que el cambio climático no lleve a aumentar 2 grados centígrados la temperatura de la Tierra. Eso conlleva, en el fondo, a que la concentración de GEI medida en la concentración de CO₂ no debe superar las 500 partículas por millón de volumen, y ya vamos en 400. Si no se hace nada y los países siguen desarrollándose sin ninguna medida de mitigación, la concentración de GEI podría llegar a ser peligrosa. Hay que comenzar desde ahora e ir reemplazando todo aquello que produce energía con la combustión de fósiles a energía limpia. Es un esfuerzo que no es barato, pero mirando hacia futuro puede ser la solución. Y para eso se requiere mucha generosidad de todas las partes.
Se necesita un trabajo en conjunto de todas las naciones…
Hay países en desarrollo que, con justa razón, tratan de llegar a niveles con los cuales tener una vida similar a los países desarrollados, pero que no tienen la capacidad para hacer los cambios hacia la energía limpia. Para ello se requiere de la ayuda de las naciones desarrolladas en términos económicos de bajos intereses. Ello para que los ayuden a hacer esos cambios. Hay un desafío global que debemos exigirnos para no sobrepasar los 2 grados centígrados. Mientras más tarde nos pongamos de acuerdo, más difícil será contrarrestar el cambio climático.
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