El Secretario de Estado de EEUU no citó en ningún momento por su nombre a Trump, quien definió el cambio climático como un “cuento chino”.
En un apasionado discurso de una hora pronunciado desde Marrakech, donde tiene lugar la cumbre sobre el clima (COP22), Kerry no citó en ningún momento por su nombre a Trump, que ha llegado a definir el cambio climático como “un cuento chino” y ha prometido, durante la campaña electoral, anular el Acuerdo de París.
Sin embargo, la presencia del magnate negacionista, que desde el momento de su elección no ha vuelto a pronunciarse sobre el tema, sobrevoló toda la intervención de Kerry, sobre todo cuando dijo que “las cosas se ven muy distintas cuando uno está en el gobierno” que cuando está en campaña.
Las consecuencias del cambio climático, científicas, económicas y humanas “son hechos, no opiniones ni tampoco eslóganes políticos”, y en ese sentido “nadie tiene derecho a tomar decisiones (sobre políticas climáticas) basado solamente en ideologías”.
Para entender las consecuencias del calentamiento de la tierra, Kerry recomendó hablar con militares, por ser los que entienden “las amenazas a la seguridad nacional” derivadas de las catástrofes humanas derivadas del clima, así como con científicos o con líderes religiosos.
Y aquí apeló a alguno de los argumentos a los que Trump puede ser especialmente sensible: “Invertir en energía limpia es un buen negocio”, dijo, y citó a Brasil, India y China, tres países emergentes que lo han entendido muy bien y por ello sumaron en 2015 más inversiones en energías verdes que las realizadas por Estados Unidos.
Desgraciadamente -dijo Kerry- las energías limpias son todavía solo un 10% de las que se producen en el mundo, porque “producir energías sucias sigue siendo más barato”, aunque ese argumento es engañoso porque los gastos de las energías fósiles se ven a largo plazo, en forma de enfermedades respiratorias o poblaciones enteras arrasadas por las inundaciones.
Aunque su discurso tuvo un tono dramático –“está en juego nuestra forma de vida”, dijo-, no quiso caer en el pesimismo, y dijo estar convencido de que “una abrumadora mayoría de ciudadanos de Estados Unidos saben que el cambio climático está sucediendo”, y en consecuencia “no creo que (los compromisos firmados por EEUU) vayan a ser revocados”.