La cría de cabras reduce la vulnerabilidad al cambio climático
Ganaderos en África necesitan ayuda para hacer frente a las condiciones climáticas que empeoran y que afectan la seguridad alimentaria, nutricional y de ingresos en muchas partes de África.
La familia de la pastora sudafricana Bongekile Ndimande perdió más de 30 cabras por la sequía devastadora de la temporada pasada, y las que sobrevivieron ahora son su caja de ahorro de cuatro patas.
En términos económicos, la sequía le impidió a Ndimande ganar más de 21.000 dólares. Cada cabra valdría unos 714 dólares si hubieran sobrevivido al calor, la sequía y el entorno rocoso de su aldea de Ncunjana, en la provincia de KwaZulu Natal, golpeada por la falta de agua que afectó al sur de África.
Más de 40 millones de personas necesitan alimentos tras la peor sequía que se haya registrado en la región; incluso, la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC, en inglés) lanzó un llamado de emergencia para reunir 2.800 millones de dólares para hacer frente a este problema.
Los pequeños agricultores de esa provincia de Sudáfrica comenzaron a trabajar con cabras como forma de adaptarse al cambio climático. La resistencia de este animal podría resultar un éxito para la ganadería y la agricultura, que necesitan transformarse para producir más alimentos para más personas y con menos recursos.
Ganaderos como Ndimande sacan lo mejor de una mala situación. Necesitan ayuda para hacer frente a las condiciones climáticas que empeoran y que afectan la seguridad alimentaria, nutricional y de ingresos en muchas partes de África.
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