La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció que el objetivo es “radiografiar” el estado de nuestro planeta para predecir, entre otras cosas el cambio climático.
“Lo que tratamos de conseguir con este satélite Sentinel-3A es lo mismo que hicimos hace 35 años con la meteorología. Se trata de hacer un pronóstico del cambio climáico basado en las observaciones y datos del satélite. Los instrumentos que están abordo tienen ahora una menor resolución que los satélites anteriores pero gracias a ellos conocemos día a día la situación del planeta”, apunta Volker Liebig, director de observación de la Tierra en la Agencia Espacial Europea.
Esta tercera versión de los sentinel se fijará especialmente en los océanos y permitirá monitorizar, entre otras cosas, los cambios en el nivel del mar o la contaminación. El satélite, que pesa 1250 kilos y volará a 800 kilómetros de altitud, tiene una vida útil inicial de siete años y medio.