(Foto:Flickr de Matthias Ripp).
Entre 1990 y 2012, según datos de laFAO, el número de gallinas en el mundo ha crecido un 104,2% y el ganado vacuno, muy contaminante para el medio ambiente, ha pasado de 1.445 a 1.684 millones (un 16,5%).
En la coronación de la reina Isabel II, en 1953, se sirvió pollo, un ave que puede parecer muy poco noble para un momento de pompa y circunstancia. De aquella ceremonia nació una de las recetas británicas más famosas: Coronation Chicken. Desde entonces, el consumo de carne en Occidente se ha acelerado de forma tan espectacular que lo que era extraordinario ahora es normal. Sólo entre 1990 y 2012, según datos de laFAO, el número de gallinas en el mundo ha crecido un 104,2%, de 11.788 a 24.705 millones, y el ganado vacuno, muy contaminante para el medio ambiente, ha pasado de 1.445 a 1.684 millones (un 16,5%).El problema está en saber si el planeta podrá soportarlo: un estudio de 2013, también de la organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, asegura que la producción de carne es responsable del 14,5% de las emisiones de carbono y que, a la vez, en los países desarrollo el consumo de carne crece en torno al 5% o 6% al año. «El ganado tiene un papel muy importante en el cambio climático», concluía la FAO.
«Nuestra alimentación está basada en productos de origen animal y sabemos que su repercusión medioambiental es muy alta», explica Emilio Martínez de Victoria Muñoz, expresidente del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. «Un kilo de carne es mucho menos sostenible que un kilo de verduras».
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