Preparar arbolitos de especies adecuadas a las condiciones de cada terreno, es una forma de prepararse a reforestar, al iniciar las lluvias.
Cada árbol sembrado es una barrera para detener daños al ecosistema: Se protegen mantos acuíferos, se reduce la erosión, genera alimentos y madera y sirve de hábitat a otras especies animales y vegetales. Contar con las maravillas que representa la existencia de las plantas en nuestro ecosistema, especialmente al realizar cultivares adecuados y apropiados para cada lugar, es una manera de mejorar las condiciones de vida de las actuales y futuras generaciones.
Entre las bondades mas evidentes que recibimos de las plantas tenemos que son los filtros naturales para purificar el aire, al recibir el CO2, quedarse con el carbono y brindarnos el oxígeno que respiramos, convirtiéndose así en máquinas de fabricar oxígeno y reservorio de carbono. Los árboles son los canales naturales que tiene el agua lluvia para infiltrarse al subsuelo y luego surgir como manantiales, enriqueciendo el nivel freático y fortaleciendo nuestros cultivares.
Los árboles y plantas son el sistema natural para evitar la erosión, evitan la perdida de tierra fértil y reduce los riesgo de inundaciones y azolvamiento de las presas hidroeléctricas. Los árboles brindan madera, frutas, paisajes atractivos, rompen los termales generan microclimas agradables y saludables.
Son hábitat para la mayor parte de la vida silvestre, son la fuente de energía para mucha actividad doméstica. Por ello se debe conservar y generar la existencia de árboles, a través de acciones de reforestación.
En función de este panorama, el Instituto San Andrés y el Vivero San Andrés, ofrecen asesoría gratis para realizar cultivares de forestales, frutales, ornamentales, cubre suelos, aromáticas, medicinales o forrajeras.
Al adquirir los ejemplares en estas instituciones, los clientes colaboran a la educación de jóvenes, ya que parte de los fondos obtenidos de la venta de plantas, se destinan a becas a los alumnos de los bachilleratos agropecuario, en salud, turismo y comercial en el Instituto San Andrés.
El vivero cuenta con más de 300 especies de árboles y plantas y se hace énfasis en recuperar especies en extinción como el cincho, nogal, chaperno, guaje, nacascol, quebracho, ojushte, palo de pan, tempisque.