Según el Earth System Science Centre, la degradación de la Amazonía estaría haciendo perder su cualidad como regulador de los sistemas climáticos. En 20 años ya se ha perdido una extensión del doble de la superficie de Alemania.
Antonio Nobre, uno de los principales científicos de Brasil, explica que la tala y la quema de la selva más grande del mundo estaría conectada a un empeoramiento de las sequía, como la que afecta actualmente a Sao Paulo, y podría provocar cambios climáticos más extremos.
El experto indica que la pérdida de área forestal impide que la selva canalice la humedad hacia el interior a través de nubes de lluvia, evitando que siga funcionando como amortiguador frente a fenómenos naturales extremos como huracanes y tornados. “Ya no se trata de modelos. Se trata de observación” sentencia. La información fue publicada en Betazeta.