La próxima primavera tendremos que tomar nuevas y serias decisiones, con una estrategia a largo plazo para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y combatir así el calentamiento global, pero también para trabajar por la biodiversidad», decía Macron en su mensaje.
Es casi una tradición navideña más en todo el mundo, escuchar a los líderes políticos desear a sus ciudadanos lo mejor para el nuevo año y hacer resumen del que acaba. En Rusia, Vladimir Putin centraba su discurso en aquello que los rusos consideran más importante: Rusia.
«Vivimos en tiempos turbulentos, dinámicos y controvertidos, pero podemos y debemos hacer todo lo posible para que Rusia se desarrolle con éxito y para que todo en nuestras vidas pueda cambiar sólo para mejor», decía Putin en su mensaje de Año Nuevo.
En Berlín, la canciller alemana daba el que con casi toda seguridad será su penúltimo mensaje de fin de año sin querer olvidarse de uno de los grandes temas de la actualidad mundial: el cambio climático.
«Tengo 65 años y estoy en una edad en la que personalmente ya no experimentaré todas las consecuencias del cambio climático que tendrían lugar si los políticos no actuaran», reconocía Merkel, que insistía en que «el calentamiento de nuestra tierra es real, es amenazador. Este y las crisis que resultan del mismo son provocadas por el hombre».
En París, por segundo año consecutivo, Emmanuel Macron se dirigía a la nación dentro de un ambiente no tan festivo como el quisiera, con protestas sociales en las calles que han llevado al país a la huelga más larga en décadas. Macron quiso acordarse de un tema con el que la mayoría de compatriotas están de acuerdo:
«La próxima primavera tendremos que tomar nuevas y serias decisiones, con una estrategia a largo plazo para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y combatir así el calentamiento global, pero también para trabajar por la biodiversidad», decía Macron en su mensaje. «No habeis esperado a que el Gobierno se comprometa en este ámbito. Estáis en la vanguardia de todas estas luchas, a diario a través de vuestras elecciones alimentarias, pero también a través de simples gestos que haceis».
El presidente Sergio Mattarella también quiso acordarse del cambio climático, recordando que el mero hecho de haber reparado en serio en la lucha contra el mismo es ya una gran noticia a tener en cuenta:
«El cambio climático es un desafío serio para el cual no podemos aceptar más retrasos a la hora de resolverlo», decía el líder italiano. «Las opciones climáticas no son sólo una defensa natural necesaria para las generaciones futuras, sino que representan una importante oportunidad para el desarrollo, el empleo y la creatividad, vinculando la investigación científica y la industria».