Los microbios del suelo proporcionan algunos de los servicios más importantes que nos brindan los ecosistemas terrestres, como la fertilidad del suelo o su capacidad para producir alimento.
La diversidad de los microbios del suelo, como las bacterias y los hongos, podría utilizarse como indicador de los efectos del cambio climático, según ha desvelado un estudio liderado por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) que acaba de publicar la revista científica ‘Nature Communications’.
Los microbios del suelo proporcionan algunos de los servicios más importantes que nos brindan los ecosistemas terrestres, como la fertilidad del suelo o su capacidad para producir alimento y actuar como un sumidero del CO2 que emitimos a la atmósfera con la quema de combustibles fósiles, según ha explicado la URJC en un comunicado.
Recientes estudios indicaban que «un aumento en la diversidad de estas comunidades puede mejorar la capacidad de los ecosistemas para proveer estos servicios», sin embargo, «hasta la fecha ningún estudio había evaluado de manera explícita estas relaciones en ecosistemas naturales a escala global».