El gobierno de Jacinda Ardern considera crear una nueva categoría de visado para las personas forzadas a abandonar sus países por catástrofes naturales
El continente asiático se encuentra en el ojo del huracán. Tan solo el año pasado hubo 20 millones de desplazamientos asociados a catástrofes naturales. Tifones cada vez más potentes y el aumento del nivel del mar son realidades que obligan a poblaciones a abandonar sus países en este continente. Para hacer frente a ello, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció en una entrevista para CNN que su país debe estar preparado para acoger a refugiados de las islas aledañas por el cambio climático.
Pese a las buenas intenciones del Gobierno de Ardern, la categoría de refugiados climáticos es todavía inexistente. La Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados no reconoce las causas climáticas como un motivo para conceder el estatuto. Para evitar equívocos, la Organización Internacional para la Migración (OIM) prefiere hablar de «migrantes ambientales» que define como aquellas personas que, por razones de cambios repentinos o progresivos en el medio ambiente, que afectan negativamente a sus vidas, se ven obligados a abandonar sus hogares habituales, ya sea temporal o permanentemente, y que se desplazan ya sea dentro o fuera de su país. Países como Suecia o Finlandia son algunos de los que sí dan protección a estos migrantes ambientales.
Pero el Gobierno de la laborista no se rinde. El ministro de Cambio Climático, James Shaw, dijo la semana pasada en una entrevista para una emisora de radio local que el Ejecutivo está considerando crear una “categoría experimental de visa humanitaria” para la gente del Pacífico que sea desplazada por el creciente nivel del mar provocado por el cambio climático. Eso pese a la coalición que el Gobierno de Ardern ha hecho con el conservador y antiinmigrante Partido Nueva Zelanda Primero para poder gobernar.
Con 20 millones de desplazamientos asociados a desastres en 2016, la región de Asia y el Pacífico se ha convertido en la más vulnerable del planeta, de acuerdo con el Centro para el Monitoreo del Desplazamiento Interno (IDMC por sus siglas en inglés). Ocho de los 10 países con el mayor volumen de desplazados el año pasado se encuentran en esta zona: China, Filipinas, India, Indonesia, Japón, Bangladés, Myanmar y Sri Lanka. Las inundaciones, los ciclones tropicales y los tsunamis provocaron el traslado de 12,9 millones de personas en la región. En caso de un drástico aumento del nivel del mar, los pequeños Estados insulares en desarrollo (SIDS por sus siglas en inglés) serían los más afectados. Dentro de Estos se encuentran las Maldivas, Fiyi, Kiribati, Papúa Nueva Guinea, Las Islas Salomón, Tonga, Tuvalu y Vanuatu.
Sin embargo, Nueva Zelanda mantiene todavía una política de puertas cerradas. El tribunal neozelandés de Inmigración y Protección ha denegado hasta ahora varias demandas de petición de asilo por situaciones ambientales derivadas del cambio climático. Recientemente rechazó la solicitud de dos familias de la isla Tuvalu, objetando que no cumplían los requisitos de la convención de refugiados ya que no corrían el riesgo de ser perseguidos bajo ninguna de los cincos parámetros establecidos (raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas). Las familias temían que sus vidas se vieran afectadas por no tener acceso a agua potable. En 2014, Nueva Zelanda también denegó la petición de asilo a Ioane Teitiota, un habitante de Kiribati, un archipiélago del Pacífico que apenas supera los dos metros sobre el nivel del mar.
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